Introducción
Cuando Jesús acepta la invitación de Zaqueo para cenar en su casa la gente exclama escandalizada: Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador! En realidad tienen razón, porque Zaqueo es publicano y pecador. Mas hospedándose en su casa, Jesús le ofrece amistad, un gesto que Zaqueo sorprendido y agradecido, acepta con gozo. El desenlace de esta historia manifiesta claramente los reducidos límites hasta donde llega nuestro conocimiento del corazón humano. Con frecuencia nos quedamos en la superficie, sin alcanzar a vislumbrar la capacidad de tranformación que puede tener lugar bajo el impulso de la gracia.
Por eso es necesario apostar siempre a favor de la bondad oculta en el fondo del corazón humano, compartir el optimismo divino por el hombre, incluso cuando èste parezca haber perdido la confianza en sì mismo: Tú con todas las cosas eres indulgente, porque son tuyas, Señor que amas la vida (Sab 11,26) . Todas las criaturas poseen un rayo de luz y de amor oculto bajo la capa de miseria y de pecado. Dios puede transformar esa pequeña semilla:Entonces dijo el que estaba sentado en el trono: Mira que hago un mundo nuevo (Ap 21,5) La historia de Zaqueo es un buen ejemplo de todo esto.
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