"Toda época en la que ha florecido la fe ha sido brillante, valiente y fecunda tanto para los contemporáneos como para las generaciones futuras"(Goethe).
1.- Decía el escritor ruso Tolstoi: “La fe es la fuerza de la vida. Si el hombre vive, es porque cree en algo.”
- Y es verdad. La fe es el alma de la vida, el motor que mueve un país y el dinamismo de sus estructuras.
- Todo va al fracaso, allí donde la fe no está presente. Quien no cree, desconfía y la desconfianza trae consecuencias muy perniciosas para todos:
+ Cuando un país ya no cree en sus líderes políticos, aunque éstos hagan milagros, los ciudadanos dirán: "Todos son lo mismo".
+ Los capitales huyen de un país, cuando dejan de tener fe y confianza en él.
+ El peor daño que se le puede hacer a un país, es sembrar un ambiente, dentro y fuera, de desconfianza y de falta de fe.
+ Cuando los padres desconfían de los hijos y los hijos de los padres, la convivencia se hace insoportable en el hogar.
+ Cuando los hombres dejamos de creer en Dios, nos sentimos vacíos y sin muletas para caminar con decisión en la vida-
+ El peor daño que nos podemos hacer es desconfiar, no creer en nosotros mismos, en los demás o en Dios porque entonces los complejos nos dominarán, la autoestima la tendremos por los suelos y nos convertiremos en unos pobres inútiles, vacíos por dentro; por eso, decía el filósofo austríaco Wittgenstein que “Creer significa descubrir que la vida tiene un sentido”.
2.- FE Y CONFIANZA SON DOS VALORES ESENCIALES sin los que nada ni nadie puede echar p'alante.
- Llevaba razón el gran escritor alemán Goethe, cuando decía que "toda época en la que ha florecido la fe; ha sido brillante, valiente y fecunda."
- San Juan, en su primera carta nos dice que "lo que vence al mundo es la fe" (IJn.5,5).
- Nosotros mismos, cuando vemos a una persona dinámica, que trabaja con ilusión y entusiasmo, que no se achica ante las dificultades, solemos decir de ella: "¡Qué gran fe que tiene! ¡Por eso consigue todo lo que se propone!”
- Esto es lo que nos dice Jesús también: "Todo es posible para aquel que cree" (Mc.9,23).
- Jesús, en el evangelio de hoy (Lc.17,5-10), nos invita a recuperar la fe perdida y la confianza en nuestro país, en sus personas, en nuestras familias, en nosotros mismos, en nuestro Dios, en nuestra Iglesia.
- La fe nos hará mover montañas (Mc.11,23). “Si tuvierais fe como un grano de mostaza, habrías dicho a este sicómoro: “Arráncate y plántate en el mar”, y os habría obedecido” (Lc.17,6).
- La fe nos levantará del pozo en el que hemos caído y nos devolverá la confianza en nosotros mismos.
- La fe nos salvará de la miseria en la que nos hemos abandonado.
- La fe nos devolverá la esperanza, la ilusión en un futuro más lleno de luz, como le decía Dios al profeta Habacuc: “El justo vive por la fe” (Hab.2,4).
- Nuestro país necesita de gente de fe, de políticos y gobernantes capaces de engendrar confianza, y nosotros, los cristianos, estamos llamados también a darla. Somos testigos y los testigos no pueden callar; tenemos la misión de sembrar la fe en todos los hombres: "Id por el mundo y predicad el evangelio...; el que crea se salvará" (Lc.16,15-16).
- TENER FE Y COMUNICARLA ES CUESTIÓN DE VIDA O MUERTE, pues, como decía Publio Siro, “quien pierde la fe, no puede perder más”.
- Cuando un alumno le preguntó al gran científico Pasteur, cómo seguía teniendo fe después de tantos estudios y sabiduría que poseía, Pasteur le respondió: "Justamente porque he meditado y entendido mucho, he conservado la fe de un bretón".
- Para Pasteur la fe era un valor tan grande que siempre solía decir: “Más vale mi mamá de rodillas en el templo que todos los científicos de Francia”.
- Cuando la fe, y una fe madura y formada, se adueña de nosotros, somos capaces de comernos el mundo entero; pero, cuando la fe nos falla, toda ilusión se derrumba y nos paralizamos.
- LA FE ES EL MOTOR DE LA VIDA QUE NOS HACE CONSEGUIR AQUELLO QUE NI NOSOTROS MISMOS HUBIERAMOS SOÑADO. LA FE NO ES COSA DE COBARDES, SINO DE GENTE QUE NO SE CONFORMA CON LA MEDIANÍA.
- Vivimos en unos momentos de crisis muy duros y es precisamente en estos momentos cuando más necesitamos confiar en nosotros mismos, en los demás y en Dios.
+ La fe nos empuja a buscar ese rayo de luz que no vemos, cuando pasamos por túneles demasiado oscuros.
+ La fe es esa fuerza que nos alienta en los momentos en que parece que todo se derrumba y asola.
+ La fe es aquello que nos lleva a ser solidarios, verdaderos cumplidores de nuestro deber en todo momento y decir: “Sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer” (Lc.17,10).
Con toda razón nos dice San Juan en su primera carta: “¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” (IJn.5,5).
Por eso, al leer y comentar el evangelio de hoy, no podemos sino decir como los apóstoles le dijeron a Jesús: “Auméntanos la fe” (Lc.17,5).
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