R I T O S I N I C I A L E S
CANTO DE ENTRADA.
Juntos cantando la alegría, de vernos unidos en la fe y el amor. Juntos sintiendo en nuestras vidas, la alegre presencia del Señor.
Hay una fe que nos alumbra con su luz, una esperanza que empapó nuestro esperar. Aunque la noche nos envuelva en su inquietud, nuestro amigo Jesús nos guiará.
SALUDO Y MONICIÓN.
ACTO PENITENCIAL.
GLORIA.
ORACIÓN COLECTA.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA.
Lectura de la profecía de Habacuc 1, 2-3; 2, 2-4.
¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio sin que me oigas, te gritaré: ¡Violencia!, sin que me salves?
¿Por qué me haces ver crímenes y contemplar opresiones? ¿Por qué pones ante mí destrucción y violencia y surgen disputas y se alzan contiendas?
Me respondió el Señor: «Escribe la visión y grábala en tablillas, que se lea de corrido; pues la visión tiene un plazo, pero llegará a su término sin defraudar. Si se atrasa, espera en ella, pues llegará y no tardará.
Mira, el altanero no triunfará pero el justo por su fe vivirá”.
PALABRA DE DIOS
SALMO RESPONSORIAL. Salmo 94.
Antífona: Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: No endurezcáis vuestro corazón.
Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos.
Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras.»
SEGUNDA LECTURA.
Lectura de la segunda carta del apóstol San Pablo a Timoteo 1, 6-8. 13-14.
Querido hermano:
Te recuerdo que reavives el don de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos, pues Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de fortaleza, de amor y de templanza.
Así pues, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor ni de mí, su prisionero; antes bien, toma parte en los padecimientos por el Evangelio, según la fuerza de Dios.
Ten por modelo las palabras sanas que has oído de mí en la fe y el amor que tienen su fundamento en Cristo Jesús.
Vela por el precioso depósito con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros.
PALABRA DE DIOS
ALELUYA.
Antífona: La palabra del Señor permanece para siempre; esta es la palabra del Evangelio que os ha sido anunciada.
EVANGELIO.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 17, 5-10.
En aquél tiempo, los apóstoles le dijeron al Señor: «Auméntanos la fe».
El Señor dijo: «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: ´´Arráncate de raíz y plántate en el mar``, y os obedecería.
¿Quién de vosotros, si tiene un criado labrando o pastoreando, le dice cuando vuelve del campo: ´´Enseguida, ven y ponte a la mesa``?
¿No le diréis más bien: ´´Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú``?
¿Acaso tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid: ´´Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer``».
PALABRA DEL SEÑOR
HOMILÍA.
CREDO.
ORACIÓN DE LOS FIELES.
LITURGIA EUCARÍSTICA
OFERTORIO.
Canto:
Por los hombres que viven unidos, por los hombres que buscan la paz, por los pueblos que no te conocen, te ofrecemos el vino y el pan.
Pan y vino sobre el altar son ofrenda de amor. Pan y vino serán después tu cuerpo y sangre, Señor. Pan y vino sobre el altar son ofrenda de amor. Pan y vino serán después tu cuerpo y sangre, Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.
PREFACIO Y SANTO.
PLEGARIA EUCARÍSTICA.
RITO DE LA COMUNIÓN
PADRE NUESTRO.
RITO DE LA PAZ.
CORDERO DE DIOS.
COMUNIÓN.
Canto:
Si vienes conmigo y alientas mi fe, si estás a mi lado a quien temeré. (Bis)
A nada tengo miedo, a nadie he de temer, Señor, si me protegen tu amor y tu poder. Me llevas de la mano, me ofreces todo bien. Señor, Tú me levantas, si vuelvo a caer.
¡Qué largo mi camino! ¡qué hondo mi dolor! Ni un árbol me da sombra ni escucho una canción. ¿Será que a nadie puedo mirar ni sonreír? Señor, Tú solo quedas, Tú solo junto a mí.
En cosas que se mueren yo puse el corazón. Fue tierra mi tesoro, fue vana mi ilusión. En cosas que se mueren me voy muriendo yo, Tú solo vives siempre, Tú solo mi Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.
Cantemos nuestra fe y, al confesarla,
unidas nuestras voces de creyentes,
pidamos al Señor que, al proclamarla,
inunde con su luz a nuestras mentes.
El gozo de creer sea alegría
de servir al Señor, y su Palabra
simiente en crecimiento día a día,
que al don de su verdad el mundo abra.
Clara es la fe y oscuro su camino
de gracia y libertad en puro encuentro,
si crees que Jesús es Dios que vino,
no está lejos de ti, sino muy dentro.
Legión es la asamblea de los santos,
que en el Señor Jesús puso su confianza,
sus frutos de justicia fueron tantos
que vieron ya colmada su esperanza.
Demos gracias a Dios, que es nuestra roca,
sigamos a Jesús con entereza,
si nuestra fe vacila, si ella es poca,
su Espíritu de amor nos dará fuerza. Amén.
(Himno de la Liturgia de las Horas)
ORACIÓN.
RITO DE CONCLUSIÓN.
BENDICIÓN Y DESPEDIDA.
Canto.
Id por el mundo y proclamad la Buena Nueva del Señor: Dios es amor, liberación, y de los hombres salvación. Dios es amor, liberación, y de los hombres salvación.
Sed misioneros de Dios, llegue a los hombres su voz: sed testigos del Señor, sed instrumentos de su amor. Sed testigos del Señor, sed instrumentos de su amor.
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