25 agosto 2022

Reflexión domingo 28 de agosto

 1. - Cuenta Anthony de Melo que una vez una señora iba caminando por la acera con su hijito. De pronto, otra señora se para ante ella y le dice: "señora, tiene usted un hijo precioso".

Y la mamá le respondió: "¡Uf ¡ eso no es nada! ¡Si lo viera usted en fotografía!
Esto que Anthony de Melo lo pone como cuento es una realidad:
- Muchas veces amamos más la fotografía que la realidad de las personas.
- Muchas veces estamos más pendientes de la pantalla y la fachada que de la realidad que llevamos por dentro.
- Muchas veces el aparentar parece que tiene más valor que el ser.
Creemos que la riqueza y grandeza de una persona está en lo que se ve, en el vestido qué se pone, en el poder que tiene o en los primeros puestos que ocupa ante la sociedad, o en la chequera.

2.- PARA DIOS NO ES GRANDE:
- El que se las echa y vive de pura apariencia.
- El que busca el poder para su beneficio personal, aunque sea aplastando al pueblo.
- El político que, para alcanzar la silla presidencial, utiliza la demagogia, la mentira y el engaño al pueblo.
- El que busca estar por encimas de los demás y hace de este mundo un gran negocio a través del robo, de la avaricia o de la usura.
- El que se cuelga muchas condecoraciones sin merecerse alguna.
Las personas orgullosas son como los globos que cuanto más suben más chiquitos se ven.
Dice el libro de los Proverbios: Detrás de todo orgullo está la deshonra" (Prov. 11,2).
"Los orgullosos, dice Jesús en el evangelio de hoy serán humillados" (Lc. 14-11).

3.- PARA DIOS LOS GRANDES SON:
- Aquellos cuyo nombre nunca viene en el periódico, pero siempre están dispuestos a dar bondad, acogida, ternura y compasión a los demás.
- Aquellos que nunca son condecorados por los poderes de este mundo, pero pasan por esta tierra sirviendo y ayudando a los demás.
- Aquellos a quienes no les importa la fachada porque su único orgullo es ser honrados consigo mismos y con los demás.
- Aquellos políticos que no engañan al pueblo con demagogia pero sí comparten con él sus angustias, sus esperanzas, sus luchas por una sociedad más justa, aunque esto les cueste no conseguir el poder.
- Aquellos padres de familia, desconocidos de la sociedad, pero muy conocidos por sus hijos a quienes les da su tiempo, su educación, sus valores, lo mejor de su vida.
- Ese inmenso número de madres que hacen también de padres y se las ven y se las desean solas para sacar a sus hijos a flote.
- Tantos y tantos jóvenes, desconocidos por todos, pero muy conocidos por aquellos que les ven cómo luchan por superarse, por enriquecerse de los valores que otros muchos desprecian, y que hacen lo posible para que sus vidas estén al servicio de un mundo distinto al que tenemos en el que la mentira y la pantalla son lo importante.
- Toda esa gente de nuestros barrios que antes de amanecer ya están haciendo cola para tomar sus autobusetes e ir al trabajo que quizá nadie quiere para luego volver de noche a su rancho y poder darle una arepita a sus hijos, ganada con su sudor y sacrificio responsables.
- Todos aquellos que saben ofrecer sus vidas en servicio a los demás sin decir nunca "qué hay p'a eso", porque saben que la gratuidad da más satisfacciones que el interés
Dice el libro de los Proverbios: "En la humildad está la sabiduría" (Prov. 11, 2) Y el poeta Rabindranag Tagore decía: "Dios detesta los imperios y ama las fierecillas".
Esto es lo que nos dice también Jesús en el evangelio de hoy: "Los humildes serán ensalzados" (Lc.14, 11).

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