DOMINGO VEINTIUNO
Pedro Heredia
1) El evangelio que acabamos de escuchar contiene ideas claves que pueden enseñarnos mucho a todos a la hora de reflexionar en nuestra vida, en nuestra familia y aún en nuestro país.
- Hoy todos tendemos al facilismo de la vida:
+ Lo cómodo,
+ La ley del más mínimo esfuerzo,
+ Escurrir el hombro,
- Eso de esforzarse, de sacrificarse, de trabajar, de luchar sin tirar la toalla, de someterse a unas leves o a una moral, no nos va.
2) Y cuando la vida de una persona o la marcha de una familia o de un país se fundamenta en hacer cada uno lo que le viene en gana, sin mirar leyes ni valores ni moral ni ética, las cosas no pueden marchar bien.
- Es verdad que algunas veces nos pasamos en las normas y en las leyes y vemos el mal en todo (hoy sale la noticia de que el Vaticano ha calificado los escritos de Anthony de Melo como "incompatibles con la fe" y que "causan grave daño" a los fieles. Creo que aquí el Vaticano se pasó de estrechez de manga, pero también hoy tendemos a tener una manga tan ancha que por ella cabe todo. El peligro de hoy está en creer que ya las leyes y las normas están superadas y, por tanto todo es bueno.
- Mientras sigamos entendiendo que hoy todo está permitido, que eso de moral es palabra trasnochada, que no hay más norma que la norma de hacer lo que nos venga en gana, nuestra vida se irá deteriorando y corrompiendo cada vez más.
- Mientras en nuestras familias no se eduque y se corrija, como dice la carta a los Hebreos en la segunda lectura, nuestras familias se desmoronan porque la educación brilla en ellas por su ausencia.
- Mientras los políticos no cambien de mentalidad y sigan fomentando la idea de que la democracia es hacer cada uno lo que le venga en gana sin limitaciones de valores ni de moral, los países seguirán hundiéndose en la más aguda corrupción y deterioro.
3) Jesús nos lo ha dicho claro en el evangelio que acabamos de escuchar: "esfuércense" y no teman tener que pasar en ciertos momentos, por el camino estrecho (Lc.13,24).
- Nuestra meta es lograr la perfección de la vida (Mt. 5,48) y, por lo tanto, de nuestra familia y de nuestros pueblos; y esto no se consigue sino con el esfuerzo y pasando por caminos duros y muy estrechos, muchas veces.
- La vida personal, familiar y social no la construyen los flojos ni los sin ley, ni los que se abandonan en la corrupción, tenga el apellido que tenga.
- El camino ancho, el facilismo, el dejarse llevar por la corriente del río sin hacer esfuerzos por nadar, conduce a la muerte, como nos dice Jesús: "La puerta ancha y el camino amplio conduce a la perdición" (Mt.7,13).
- Hoy estamos cayendo en la tentación de hacer un mundo sin principios, sin valores, sin reglas a las que atenernos. No queremos leyes ni prohibiciones. Sólo admitimos una prohibición: "LA PROHIBICION DE PROHIBIR".
Nos está pasando como al río que se sale de sus cauces, por donde pasa destruye y lo echa a perder todo.
- NECESITAMOS ENCAUZAR NUESTRAS VIDAS Y ESFORZARNOS, AUNQUE NOS CUESTE, PARA NO DESMADRARNOS Y PODER LLEGAR A LA META QUE DIOS NOS HA PUESTO A CADA UNO.
Decía el Papa Pablo VI que "el cristianismo, el evangelio, no es cosa para flojos ni para cobardes".
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