09 agosto 2022

Monición para el Vigésimo Domingo del Tiempo Ordinario - Ciclo C

 Moniciones para la Misa.

Por: P. Domingo Vásquez Morales 

Tiempo Ordinario – Ciclo C: 20o. Domingo: La seducción del consumismo


Monición de entrada:


El mensaje de la liturgia de hoy, lo podemos resumir en lo siguiente: "el seguimiento de Cristo supone la cruz" Jeremías fue rechazado por su propia gente, como otros grandes profetas, hasta Cristo mismo. La palabra de Dios es como un fuego; los que aceptan van a ser purificado y santificados por la Cruz de Cristo. De pie para recibir la procesión con el cántico de entrada.

Primera lectura: Jeremías 38, 4-6. 8-10 (Intriga mortal contra el profeta Jeremías)

La primera lectura de hoy está tomada de la profecía de Jeremías. Esta es la trayectoria del profeta: la violencia que sufre por ser fiel al mandato de Dios; la valentía para afrontar la ira de los ricos; y la división que se produjo; unos a favor y otros en contra. Escuchen atentos.




Segunda lectura: Hebreos 12, 1-4 (Corramos en la carrera sin retirarnos)

La primera lectura de hoy está tomada de la profecía de Jeremías. Esta es la trayectoria del profeta: la violencia que sufre por ser fiel al mandato de Dios; la valentía para afrontar la ira de los ricos; y la división que se produjo; unos a favor y otros en contra. Escuchemos.


Tercera lectura: Lucas 12, 49-53 (No he venido a traer paz, sino división)

Como el tema de las dos lecturas anteriores, el Evangelio de hoy también dice que el seguimiento de Cristo supone abundancia de sufrimientos y de conflictos. Todo cristiano debe tomar partido ante Cristo, que sigue siendo signos de contradicción. Entonemos el Aleluya, de pie, por favor.


Oración Universal:



  • Por la Iglesia, para que predique sin miedo la cruz de Cristo. Roguemos al Señor.
     
  • Por los profetas y los que anuncian el Evangelio, para que no se desanimen frente a las dificultades. Roguemos al Señor.
     
  • Por nuestra parroquia y comunidades (Barrancas, Pozuelo, Puerto, Puente, Villadas y Cimarrona), para que luchemos contra el mal y la injusticia en nuestro país. Roguemos al Señor.
     
  • Por los difuntos, especialmente, por aquellos de nuestras familias y de nuestra parroquia, para que disfruten de Dios en la Patria Celestial. Roguemos al Señor.
     
  • Por los jóvenes, para que descubran a Cristo y lo sigan en la vida religiosa y sacerdotal. Roguemos al Señor.
     
  • Por nosotros, para que no tengamos miedo en seguir a Cristo hasta la Cruz. Roguemos al Señor.


    Exhortación Final

    (Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 560)

    Te proclamamos santo, Dios Padre, fortaleza de los débiles,
    porque Jesús vino a prender fuego en la tierra, mostrándonos
    en el bautismo de su pasión gloriosa el arduo camino
    que lleva a la vida y a la conquista de la paz verdadera,
    fruto de una opción responsable por el reino de Dios.

    Concédenos, Señor, ser dignos discípulos de Cristo Jesús,
    sin abandonar nunca la ruta del seguimiento que Él nos mostró.
    Para esto, purifícanos, Señor, con el fuego de tu Espíritu
    y ayúdanos a hacer nuestros los criterios y actitudes de Cristo,
    a fin de liberarnos de nosotros mismos y seguirlo en la libertad
    que dan el amor generoso y la fidelidad cotidiana.

    Amén.

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