1L.-Pablo y Bernabé designan presbíteros que cuiden en adelante de las nuevas iglesias o comunidades. Para ello hacen uso de su autoridad como apóstoles y fundadores
2L.- Cuando haya desaparecido el escenario en el que se desarrolló la tragedia del pecado, cuando ya no exista el viejo mundo en el que reina el dolor y la muerte, se cumplirá la visión. Desaparecerá el mar, esto es, el caos de donde procede la Bestia, y surgirá una nueva creación.
Ev.- Jesús se despide de los suyos y les deja su testamento
PARA LLEVAR A LA VIDA
La última petición de Jesús fue el mandamiento nuevo: "Que os améis unos a otros como yo os he amado". Pero no es un mandato, no se puede amar por imposición, ni es nuevo, ya era conocido y prácticado en el AT. Jesús pide que sus discípulos nos amemos como él nos ha amado, aquí radica la novedad, en el "como".
Esta petición es nueva por la extensión y por la intensidad, por el estilo, el modo y las calidades. Jesús nos pide que amemos como él. En eso está lo nuevo, un Amor gratuito, generoso, universal, incondicional, a todos, en especial a los que más lo necesitan. Amar a los que te desagradan o te ofenden y te odian. Sin límites: amar cada día hasta que llegue la muerte y aun más allá de la muerte. Amar hasta despojarte de todo, hasta darte todo.
El amor que Jesús nos deja en herencia es nuestro distintivo, la señal por la que seremos reconocidos como discípulos suyos. La única señal de la autenticidad de la fe en Cristo es el amor.
La Eucaristía, como sacramento de la fe, manifiesta la realidad de la comunión fraternal como fruto de la fe en Jesucristo. Celebración de un amor mutuo, que es anuncio de que se nos ha prometido un universo nuevo en el que las relaciones humanas también serán plenificadas.
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