FIESTA DE LA ASCENSIÓN (Lc.24,46-52).
“La ascensión es así, ante todo una vuelta al Padre… No se trata de un desplazamiento local… Lo único que esas palabras quieren decir, es que Cristo ingresa en la plenitud de su gloria.”
(JOSÉ LUIS MARTIN DESCALZO).
1.- Hoy estamos celebrando la fiesta de la Ascensión. En esta fiesta celebramos que el Padre Dios, no solamente le dio la razón a Jesús y, por ello, le resucitó, sino que además le puso en el sitio que se mereció: “A su derecha” (Mc.16,20), como nos dice también la carta a los Hebreos (Hebr.1,3).
El teólogo español JOSÉ IGNACIO GONSÁLEZ FAUS, escribiendo sobre la ascensión de Jesús, decía:
“No debe considerarse la ascensión de Jesús
como un acto propiamente distinto de la
resurrección. En Lucas, la ascensión tiene
una clara misión pedagógica: “Marcar el fin
del tiempo de la manifestación del resucitado
- Resurrección, pues, y ascensión no son dos actos temporalmente separados el uno del otro en la vida de Jesús, sino una misma realidad bajo miradas distintas:
+ La RESURRECCIÓN es el “SÍ” del Padre al
Hijo al arrebatarlo de la muerte y devolverle
la vida.
AL CRUCIFICADO POR LOS HOMBRES
EL PADRE LO RESUCITO
(Hech.2,32; 3,15).
+ La ASCENSIÓN es el devolverle el Padre a
Jesús el puesto que se merecía, estar “a su
derecha”, junto a Él (Hech.2,34).
Como dice San Pablo en su carta a los
Efesios: “Sometió todo bajo sus pies”
(Efes.1,22).
AL QUE FUE HUMILLADO POR LOS
HOMBRES, EL PADRE LO EXALTÓ (Mt.23,12).
Como dice JOSÉ LUIS MARTÍN DESCALZO:
“La ascensión es así, ante todo una vuelta al
Padre… No se trata de un desplazamiento
local… Lo único que esas palabras quieren
decir, es que Cristo ingresa en la plenitud de
su gloria.”
Como dice también LEONARDO BOFF:
“La subida de Cristo al cielo no es igual a la
subida de nuestros cohetes; éstos se trasladan
constantemente de un espacio a otro, se
encuentran constantemente dentro del tiempo
y nunca pueden salir de estas coordenadas
por más lejanos que viajen por espacios
indefinidos. La subida de Cristo al cielo es
también un pasar, pero del tiempo a la
eternidad, de lo visible a lo invisible, de la
inminencia a la transcendencia, de la
opacidad del mundo a la luz divina, de los
seres humanos a Dios.”
- Resurrección y Ascensión son, pues dos realidades unidas; pero con dos visiones distintas:
+ En la resurrección vemos la victoria de la
vida sobre la muerte, el crucificado vive y
así se manifiesta a los suyos y habla con
ellos.
+ En la ascensión no sólo el crucificado vive,
sino que vive junto al Padre, a la derecha del
Padre y, por ello, empieza ahora la misión de
la Iglesia dando testimonio de todo ello
(Lc.24,47-48; Mt.28,19) con la bendición de
Jesús (Lc.24-50) y la fuerza y el poder de
Espíritu (Lc.24,49), sabiendo que Jesús
siempre será su compañero de camino,
como ya les había dicho:
“Yo estaré con vosotros todos los día
hasta el fin del mundo” (Mt.28,20).
2.- La resurrección-ascensión de Jesús transformó por completo a sus discípulos; por eso nos dice San Lucas que, aunque la muerte en cruz les entristeció y les acobardó (Lc.24,16-17), su resurrección-ascensión les devolvió la alegría y el gozo (Lc.24,52) y se convirtieron en auténticos misioneros, como les dijo Jesús.
- La fiesta de la Ascensión nos invita a darnos cuenta de que la vida es siempre un mirar más allá de esta tierra con sus problemas y con sus cruces.
El cristiano es un inconformista por naturaleza; por eso lo suyo es la esperanza, saber que hay un más allá y que sólo caminando se alcanza ese futuro promisorio.
- La fe no se abraza con la mediocridad; Dios nos ha hecho para subir bien alto (Mt.5,48).
+ No podemos contentarnos con lo que somos,
con las metas ya alcanzadas, con los
caminos ya dados.
Como dice el escritor ruso LEÓN TOLSTOI:
“No se puede ser la mitad de bueno”.
+ Quienes se duermen en los laureles, no
caminan rumbo a su ascensión.
+ Sólo alcanza la meta el que suda y se
fatiga por llegar a ella, como lo hizo Jesús.
El médico y psiquíatra italiano JOSÉ
INGENIEROS decía que “no hay perfección
sin esfuerzo. Los mediocres jamás
cosechan rosas por temor a las espinas”.
- Esta fue la actitud de Jesús: Sabía muy bien por las cruces que iba a pesar; pero por encima de toda cruz, soñaba en su resurrección-ascensión, como una y otra vez les enseñó a sus discípulos (Mc.8,31; 9,31; 10,33-34).
+ Como Jesús, todos estamos llamados a ver el
sol por encima de los mismos nubarrones que
nos presente la vida.
+ Como Jesús, estamos llamados a ascender, no
a vivir estancados o sepultados en la tierra.
- Por eso, la fiesta de la ascensión nos recuerda que somos gente de esperanza.
- Sólo alcanza la meta el que suda y se fatiga por llegar a ella, como lo hizo Jesús.
Como decía el poeta alemán BEFRTOLT BRECHT:
“Hay hombres que luchan un día y son
buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años y son muy
buenos.
Pero hay los que luchan toda la vida:
Esos son los imprescindibles.”
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