Entrada:
Hermanos en Cristo, muy buenos días, (tardes, noches): Estamos celebrando el quinto domingo de Pascua, tiempo de alegría en el Señor. Nuestro gozo ha empezado aquí, pero Cristo, nos revela que habrá una nueva creación al fin del mundo. Mientras, tenemos que continuar la misión de Cristo aquí en la tierra, amándonos unos a otros. Unidos con Cristo roguemos por una unión más profunda entre nosotros al empezar esta eucaristía. De pie, por favor, para recibir la procesión con el cántico de entrada.
Primera lectura: Hc 14, 21b-27 (Pablo y Bernabé vuelven de su primera misión)
Escucharemos el relato de la primera misión de Pablo y Bernabé. Ellos regresaron a su gente exhortándolos a perseverar en la fe y subrayando las tribulaciones que vendrán. Pero, sobre todo, ellos contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y que es importante en la vida de la comunidad. Escuchemos.
Segunda lectura: Ap. 21, 1-5a (Dios enjugará las lágrimas de sus ojos)
En el libro del Apocalipsis, san Juan ve un cielo nuevo y una nueva tierra, que es la Iglesia triunfante. Ese triunfo comienza en la tierra. Dios convive con nosotros y espera el fin de nuestra noche en la tierra para llenarnos de alegría. Si participamos, si sentimos y vivimos con la Iglesia aquí, gozaremos en el cielo. Presten mucha atención a esta revelación.
Tercera lectura: Jn 13, 31-35 (Les doy un mandamiento: que se amen)
El evangelio de hoy es parte del discurso de despedida del Señor en la última Cena. Cristo fue glorificado a través de su pasión y muerte, lo mismo va a pasar con su Iglesia. Cristo nos da un nuevo mandamiento, el amor mutuo. Puestos de pie, entonamos el Aleluya y escuchamos la Buena Nueva.
Oración Universal:
- Por nuestra la Iglesia, para que continúe practicando la caridad con los más necesitados. Roguemos al Señor.
- Por los misioneros, para que no sientan temor de predicar públicamente el nombre de Jesús. Roguemos al Señor.
- Por los que abandonaron la Iglesia, para que experimenten el amor de Cristo y de sus hermanos y regresen al redil. Roguemos al Señor.
- Por el amor, la comprensión, el diálogo y la caridad entre los jóvenes y los adultos, entre maestros y alumnos, para que nos amemos todos como quiere Dios. Roguemos al Señor.
- Por nuestra diócesis, para que surjan las vocaciones a la vida religiosa y sacerdotal.Roguemos al Señor.
- Por todos nosotros aquí reunidos alrededor del altar y en el amor de Cristo, para que crezcamos en su amor, especialmente en nuestros hogares. Roguemos al Señor
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