21 abril 2022

Domingo III de Pascua: Moniciones 1

 Monición de Entrada


Hermanos en Cristo muy buenos días, (tarde noche): Hoy celebramos el tercer domingo de Pascua. Las lecturas nos revelan la realidad de la iglesia. Hay oposición para la predicación del Evangelio. Nuestra fuerza está en Cristo resucitado que siempre nos ayuda y fortalece nuestra confianza. La Eucaristía es la gran plegaria de la Iglesia para fortalecer la fe. Pónganse de pie para recibir la procesión de entrada mientras cantamos.




Primera lectura: Hc 5, 27b-32.40b-41(Testigos somos nosotros y el Espíritu Santo)

La persecución de la Iglesia es por obedecer a Dios antes que a los hombres. Los apóstoles continuaron su predicación con la ayuda del Espíritu Santo a pesar de las amenazas y el riesgo de ser encarcelados. Escuchemos.


Segunda lectura: Ap. 5, 11-14 (Digno es el Cordero degollado de recibir el Poder)

San Juan contempla, en una visión, a Jesucristo como el Cordero de Dios. Éste aparece rodeado de una corte de seres que representan a toda la creación y allí el Cordero recibe el culto, honor y la gloria. Escuchemos.


Tercera lectura: Jn 21, 1-19 (¡Es el Señor! Simón ¿me amas?)

Jesús está con sus discípulos, aunque ellos no lo reconocen. Está presente en el trabajo, en el esfuerzo. Se hace presente por los signos del pan compartido. Pedro recibe la encomienda del pastoreo universal. De pie por, favor.


Oración Universal

1. Por los líderes de la iglesia, para que ellos sean fieles al predicar la palabra de Dios a toda la gente, pero en especial a los pobres, roguemos al Señor.

2. Por aquellos que están preparándose para la primera comunión y por sus familiares, para que siempre se alimenten con el pan del cielo, roguemos al Señor.

3. Por el gobierno, para que respete los derechos de los demás y cumpla las promesas que hicieron a su pueblo, roguemos al Señor.

4. Por aquéllos que han completado su peregrinación en la tierra, para que reciban los premios prometidos a los servidores fieles de Dios, roguemos al Señor.

5. Por nosotros y nuestras intenciones para que compartamos el don de la paz del Señor con los demás, roguemos al Señor.

6. Por nosotros aquí reunidos celebrando la palabra y la eucaristía, para que reconozcamos a Cristo en nuestros hermanos, especialmente en nuestros familiares, roguemos al Señor.


Exhortación Final

(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1995, p. 477)

Señor Jesús, como a Pedro, hoy tú nos preguntas también:
¿Me amas? Sí, Señor: pero concédenos amarte todavía mucho más
con un corazón caldeado por el fuego inextinguible de tu amor.

Tú nos abriste el camino que lleva hasta el Padre
y, gracias a ti, la vida es mucho más fuerte que la muerte.
Estamos seguros por la fe de que vives en nosotros
y estás presente en cada hombre y mujer, nuestros hermanos.

Haz que nos entreguemos a la apasionante tarea de amarte,
queriendo sin medida a los demás con el amor con que tú los amas.
Danos la fuerza de tu Espíritu para ser tus testigos siempre,
y obedecer la voluntad de Dios si temor a nada ni a nadie.

Amén.

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