23 abril 2022

24 DE ABRIL DE 2022 DOMINGO 2º DE PASCUA “C”

 24 DE ABRIL DE 2022 

DOMINGO 2º DE PASCUA “C”

Liturgia de las Horas: Segunda Semana del Salterio-Pascua.


R I T O S    I N I C I A L E S

CANTO DE ENTRADA.

Aleluya, Aleluya, es la fiesta del Señor.  Aleluya, Aleluya, el Señor resucitó.

 

Ya no hay miedo, ya no hay muerte, ya no hay penas que llorar.  Porque Cristo, sigue vivo, la esperanza abierta está. 

 

SALUDO  Y MONICIÓN.

 

ASPERSIÓN DEL AGUA.

Canto:

Oh, oh, oh, oh, hay que nacer del agua.  Oh, oh, oh, oh, hay que nacer del Espíritu de Dios.  Oh, oh, oh, oh, hay que nacer del agua y del Espíritu de Dios hay que nacer del Señor.  Oh, oh, oh, oh, hay que nacer del agua y del Espíritu de Dios hay que nacer del Señor.  Prepárate para que sientas.  Prepárate para que sientas.  Prepárate para que sientas el Espíritu de Dios.  Déjalo que se mueva.  Déjalo que se mueva.  Déjalo que se mueva dentro de tu corazón.  


GLORIA.

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.


ORACIÓN COLECTA.


LITURGIA DE LA PALABRA


PRIMERA LECTURA.

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 5, 1216

 

Por mano de los apóstoles se realizaban muchos signos y prodigios en medio del pueblo.  

Todos se reunían con un mismo espíritu en el pórtico de Salomón; los demás no se atrevían a juntárseles, aunque la gente se hacía lenguas de ellos; más aún, crecía el número de los creyentes, una multitud tanto de hombres como de mujeres, que se adherían al Señor.  

La gente sacaba los enfermos a las plazas, y los ponía en catres y camillas, para que, al pasar Pedro, su sombra, por lo menos, cayera sobre alguno.  

Acudía incluso mucha gente de las ciudades cercanas a Jerusalén, llevando a enfermos y poseídos de espíritu inmundo, y todos eran curados. 

PALABRA DE DIOS


SALMO RESPONSORIAL.  Salmo 117.   

Antífona: Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.

 

Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia.  Diga la casa de Aarón: eterna es su misericordia.  Digan los que temen al Señor: eterna es su misericordia.

 

La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. Éste es el día que hizo el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.

 

Señor, danos la salvación; Señor, danos prosperidad. Bendito el que viene en nombre del Señor, os bendecimos desde la casa del Señor; el Señor es Dios, él nos ilumina. 

 

SEGUNDA LECTURA.

Lectura del libro del Apocalipsis 1, 911a. 1213. 1719

 

Yo, Juan, vuestro hermano y compañero en la tribulación, en el reino y en la perseverancia en Jesús, estaba desterrado en la isla llamada Patmos, a causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús.  

El día del Señor fui arrebatado en espíritu y escuché detrás de mí una voz potente como de trompeta que decía:

«Lo que estás viendo, escríbelo en un libro, y envíalo a las siete Iglesias.  

Me volví para ver la voz que hablaba conmigo, y, vuelto, vi siete candelabros de oro, y en medio de los candelabros como un Hijo de hombre, vestido de una túnica talar, y ceñido el pecho con un cinturón de oro.  

Cuando lo vi, caí a sus pies como muerto. Pero él puso su mano derecha sobre mí, diciéndome: 

«No temas; yo soy el Primero y el Último, el Viviente; estuve muerto, pero ya ves: vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del abismo. Escribe, pues, lo que estás viendo: lo que es y lo que ha de suceder después de esto.» 

                        PALABRA DE DIOS


SECUENCIA.

Ofrezcan los cristianos ofrendas de alabanza a gloria de la Víctima propicia de la Pascua.


Cordero sin pecado que a las ovejas salva, a Dios y a los culpables unió con nueva alianza.


Lucharon vida y muerte en singular batalla, y, muerto el que es la Vida, triunfante se levanta.


«¿Qué has visto de camino, María, en la mañana?» «A mi Señor glorioso, la tumba abandonada.


Los ángeles testigos, sudarios y mortaja.  ¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!


Venid a Galilea, allí el Señor aguarda; allí veréis los suyos la gloria de la Pascua.»


Primicia de los muertos, sabemos por tu gracia que estás resucitado; la muerte en ti no manda.


Rey vencedor, apiádate de la miseria humana y da a tus fieles parte en tu victoria santa.


ALELUYA.

Antífona: Porque me has visto, Tomás, has creído –dice el Señor-; bienaventurados los que crean sin haber visto. 


EVANGELIO.

Lectura del santo Evangelio según San Juan 20, 19-31.

 

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros». 

Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». 

Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». 

Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo». 

A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros». 

Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente». 

Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!». 

Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto.

Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre. 

PALABRA  DEL SEÑOR


HOMILÍA.


CREDO.


ORACIÓN DE LOS FIELES.


LITURGIA EUCARÍSTICA


OFERTORIO.

Canto:

Te ofrecemos Señor, lo que nos diste Tú.

 

La fe que sembraste en todos los hombres, el amor y la esperanza que llenan la vida.

 

El pan en las manos de tu sacerdote, el cáliz que ofrece por todos los hombres. 


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.


PREFACIO Y SANTO.


PLEGARIA EUCARÍSTICA.


RITO DE LA COMUNIÓN


PADRE NUESTRO.


RITO DE LA PAZ.


CORDERO DE DIOS.


COMUNIÓN.

Canto:

Andando por el camino, te tropezamos, Señor, te hiciste el encontradizo, nos diste conversación, tenían tus palabras fuerza de vida y amor, ponían esperanza y fuego en el corazón.

 

Te conocimos, Señor, al partir el pan, tú nos conoces, Señor, al partir el pan  (Bis)

 

Llegando a la encrucijada, tú proseguías, Señor, te dimos nuestra posada, techo, comida y calor; sentados como amigos a compartir el cenar, allí te conocimos al repartirnos el pan


Andando por los caminos, te tropezamos, Señor, en todos los peregrinos que necesitan amor, esclavos y oprimidos que buscan la libertad, hambrientos, desvalidos, a quienes damos el pan. 


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.


Gracias, Señor, porque nos regalas un nuevo y renovado encuentro contigo en cada Eucaristía.

 

Gracias, porque nos dices: no tengas miedo y nos das paz y esperanza para vivir.

 

Abre nuestros ojos para reconocerte hoy a nuestro lado, en nuestro entorno, en nuestros hermanos, especialmente en los que sufren.

 

Con Tomás te decimos ¡Señor mío y Dios mío!. Fortalece nuestra fe, da seguridad a nuestra esperanza y constancia a nuestro amor.

 

Ayúdanos a ser cristianos comprometidos y testigos de tu resurrección ante el mundo. 

 

ORACIÓN.


RITO DE CONCLUSIÓN


BENDICIÓN Y DESPEDIDA SOLEMNE.

Sacerdote dice o canta: Podéis ir en paz, aleluya, aleluya.

Todos respondemos: Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.


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