• Jesús “regresa del Jordán” (1), dónde se ha manifestado quien es (Lc 3,21-22).
• En toda la misión, Jesús viene a enfrentarse al mal. Así lo indica la cifra “cuarenta” (2), símbolo de un periodo de tiempo largo. Y es en toda su misión como Jesús está “lleno del Espíritu Santo” (1): es el Espíritu Santo quien conduce toda la misión de Jesús (Lc 1,35; 3,16.22; 4,14.18; 10,21).
• Ante las tentaciones (2) y dificultades el Espíritu le da fuerzas para enfrentarse con ellas. Y así Jesús da testimonio a los discípulos, que también serán tentados (Lc 22,3.31.40), y les enseña a orar por no caer “en la tentación” (Lc 11,4).
• La primera tentación (3) es la de actuar sin obedecer el Padre. La voluntad del Padre es que el “Hijo” recorra el camino de la humanidad. Jesús responde (4) que el auténtico alimento es cumplir dicha voluntad (lo hace citando Dt 8,3, dónde se expresa la necesidad que tiene la humanidad de la palabra que sale de la boca del Señor). Cumplir la voluntaddel Padre –ser hombre con todas las consecuencias– es la única cosa que puede identificar a Jesús como “Hijo de Dios”.
• La segunda tentación (5-7) consiste a creer que se puede ser señor del mundo y de las cosas, y que se puede estar por encima de los demás. Se trata de adorar (7) el poder con la adoración que tan sólo Dios, como único Señor del mundo, merece. Jesús responde (8) con la adoración al único Señor de todo (Dt 6,13),el único que está realmente por encima y que, sien embargo, ha venido a ponerse por debajo de todos (Lc 12,37; Fl 2,6-11).
• La tercera tentación (9-11) es la que se produce cuando dudamos si Dios está o no está con nosotros: tentar a Dios, exigirle señales espectaculares para demostrar que está presente. En este caso el diablo manipula la Biblia (Sal 91,11-12), se la sabe como nadie, se muestra muy astuto. Jesús (12) no pide ningún signo porque Dios es con Él (Dt 6,16).
• Esta tercera tentación nos hace contemplar a Jesús al final de su camino, en“Jerusalén” (9), dónde con su muerte y resurrección –Pascua– superará definitivamente la prueba del tentador y mostrará plenamente su obediencia al Padre (Lc 23,46).
• El Evangelio de Lucas presenta a Jesús, en su vida pública, como más poderoso que las fuerzas del mal (Lc 10,18-19). Su presencia devuelve la salud a los hombres y mujeres víctimas del mal (Lc 13,16; Hch 10,38). Pero “el diablo” siempre espera “el tiempo oportuno” (13) para actuar, y lo aprovechará, sobre todo, en el momento de la pasión (Lc 22,3.31.53). La resurrección (Lc 24) será la derrota definitiva de aquel que es el autor de la confusión y la división entre las personas.
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