MONICIONES (Domingo 3º de Cuaresma - C)
Inicial.
En nuestro camino hacia la Pascua, nos encontramos ya en el tercer domingo de Cuaresma. Y estamos reunidos para que penetre en nuestro interior la llamada de Dios desde su Palabra y para recibir su fuerza en el pan y vino de la Eucaristía.
Hoy, las lecturas nos invitan a la conversión, a dar frutos, a no gastar nuestras vidas de forma estéril. Abramos de verdad nuestro corazón al Señor. Él va delante de nosotros y nos muestra una luz capaz de renovarnos, una luz capaz de hacernos ver la verdadera felicidad. No nos cerremos ante su gloria.
Y en este marco celebramos el Día del Seminario, este año bajo el lema: “Sacerdotes al servicio de una Iglesia en camino”. Vamos a pedir por los seminaristas y por las vocaciones al sacerdocio. La Colecta será para el sostenimiento del Seminario diocesano.
Primera Lectura.
Moisés fue elegido por Dios para liberar a los israelitas de la esclavitud de Egipto y guiarlos por el desierto hasta la tierra prometida. Ésta llamada cambió la vida de Moisés y la del pueblo de Israel.
Segunda Lectura.
San Pablo nos alerta sobre las falsas seguridades religiosas. No podemos creer que ya tengamos todo hecho con venir a misa o rezar. Lo importante es la fe que nos anima a seguir con fidelidad el camino de Dios.
Evangelio.
El Señor es paciente y misericordioso con nosotros, pero espera que nuestra vida dé frutos, que no sea estéril como la higuera del Evangelio. Nos da una nueva oportunidad para que nos convirtamos y demos frutos.
Aclamamos al Evangelio puesto de pie.
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