Entrada: Bienvenidos hermanos a esta celebración dominical, en la que Dios quiere alimentarnos y seguirnos instruyendo. Muchas veces confirma Jesús con su autoridad lo que la sabiduría humana y el sentido común consideran ya como virtudes: el respeto a los demás, la prudencia, la discreción. Con imágenes agrícolas, muy accesibles para todos, Dios quiere darnos su mensaje hoy. Celebremos juntos esta liturgia del amor de Cristo por la humanidad.
Lecturas: Escuchemos con atención cómo nuestras palabras reflejan nuestros sentimientos, pues de esta forma seremos reconocidos por nuestros frutos. Acojamos esta palabra con fe y obediencia.
Ofrendas: Acerquemos los dones de pan y vino al altar para que en ellos entreguemos nuestro deseo de transformar nuestra mente en Jesús, que es la verdad.
Comunión: La Palabra nos ha dicho hoy que de la abundancia en nuestro corazón habla la boca. Acerquémonos a comulgar y llenémonos de la presencia de Dios en nuestros corazones.
ORACIÓN UNIVERSAL
Queridos hermanos: al Dios de la vida que nos llama a ser reconocidos por los frutos, pidámosle en nuestra oración para que seamos cada día más coherentes con nuestras palabras y acciones. Digamos: Escucha, Señor, nuestro clamor.
1. 1. Oremos por el Papa, para que sus obras sean el reflejo del evangelio que predica, y así, sus enseñanzas sean testimonio del amor que anuncia al mundo. Oremos al Señor.
2. Oremos para que la Iglesia sea una comunidad que refleje los frutos de la abundancia del corazón, y por medio de la caridad, pueda atender las necesidades de los más débiles de la humanidad. Oremos al Señor.
3. Oremos por los que gobiernan el mundo de la política, para que antepongan la construcción del bien común a los intereses egoístas, que son la fuente de la malversación de los recursos públicos. Oremos al Señor.
4. Oremos por nuestra comunidad eclesial, para que cada día nos esforcemos por construir una Iglesia atenta a la escucha y el clamor de los pobres, excluidos y necesitados del amor fraterno. Oremos al Señor.
Escucha Padre de amor estas y todas las plegarias que te dirigimos humildemente, para que seamos escuchados y sintamos siempre tu amor misericordioso y compasivo. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario