Inicial.
Hoy, Miércoles de Ceniza, nos hemos reunido al igual que lo hacen todas las comunidades cristianas, para comenzar el Tiempo de Cuaresma, que nos irá preparando para la celebración de la Pascua.
La Cuaresma es un tiempo de abstinencia, más que de alimentos, de todo aquello que nos distrae de lo esencial. Tiempo de ayuno, de oración y limosna generosa y tiempo de experimentar la fuerza liberadora del perdón y la misericordia de Dios. La ceniza que nos será impuesta sobre nuestras cabezas será el signo de este camino de conversión que iniciamos.
Primera Lectura.
El profeta Joel llama al pueblo de Israel a una jornada de penitencia. Les urge a que se conviertan de su mal y se pongan con decisión en la línea del seguimiento de Dios.
Segunda Lectura.
Las palabras de Pablo a los fieles de Corinto, tienen plena vigencia y nos las dirige hoy a nosotros: ahora es tiempo de gracia, ahora es día de salvación. Estamos pues, en el tiempo de reconciliarnos con Dios.
Evangelio.
Jesús enseña a sus discípulos cómo tiene que ser su estilo de vida. Describe tres aspectos que abarcan las tres dimensiones de la persona: para con Dios, oración; para con el prójimo, limosna y para nosotros mismos, el ayuno. Pero el discípulo ha de profundizar en cada una de ellas, no quedarnos sólo con lo externo.
Para escuchar el Evangelio nos ponemos de pie.
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