Evangelio dialogado
Te ofrecemos una versión del Evangelio del domingo en forma de diálogo, que puede utilizarse para una lectura dramatizada.
OCTAVO DOMINGO ORDINARIO -C- (Lc 6,39-45)
Jesús: ¿Dónde están mis discípulos?...Venid...Vamos, venid. Tengo que hablaros de muchas cosas.
Discípulo1: Estábamos esperando que nos llamaras. Ya vamos, Maestro.
Discípulo2: ¿De qué tienes que hablarnos?
Jesús: ¿Creéis que un ciego puede guiar a otro ciego?
Discípulo1: NO!! Caerán los dos en el hoyo.
Jesús: Bien... ¿Puede un discípulo ser más que su maestro?
Discípulo2: NO!! Aunque, cuando termine la carrera, será como su maestro.
Discípulo1: ¿Por qué haces estas preguntas, Jesús?
Jesús: Paciencia. ¿Por qué os fijáis en la mota que tiene vuestro hermano en el ojo?
Discípulo2: ¡Hombre, Jesús, lo hacemos por su bien! La mota le impide ver las cosas con claridad.
Jesús: ¿Y no os dais cuenta de que vosotros lleváis una viga en el vuestro?
Discípulo1: ¡Anda! ¿Tanto se nota? Pero... ¿A qué vienen esas comparaciones? ¡No entiendo nada!
Jesús: ¿Qué le decís a vuestro hermano cuando le veis la mota en el ojo?
Discípulo2: Yo le digo: Hermano, déjame que te saque la mota que tienes en el ojo.
Jesús: Pues yo te digo: ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del otro.
Discípulo1: ¡Ahora comprendo lo que nos quieres decir! No hay árbol sano que dé fruto dañado, ni árbol dañado que dé fruto sano, ¿verdad?
Jesús: Eso es. A un árbol se le conoce por sus frutos.
Discípulo2: ¡Naturalmente! Nadie puede cosechar higos en las zarzas ni uvas en los espinos.
Discípulo1: Maestro, ¿de dónde saca el hombre bueno el bien que hace?
Jesús: De la bondad que atesora en su corazón.
Discípulo2: ¿Y el que es malo?
Jesús: De la maldad saca el mal. Y eso es así porque, lo que rebosa del corazón, lo habla la boca.
Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández
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