22 febrero 2022

DOMINGO 27 DE FEBRERO DE 2022 DOMINGO 8º DURANTE EL AÑO

 PREPARACIÓN: 

Antes de la salida del celebrante

 

El Señor hoy nos ha invitado a su mesa para la celebración de la Cena del Señor, de la que nace nuestra verdadera vida, en este domingo octavo del tiempo durante el año.

Y en nuestra celebración se hace presente el mismo Cristo, que viene a nosotros: en sus ministros, a través de esta comunidad de fe, de culto y de amor, para entregarnos su Palabra y su presencia sacramental.

 

AMBIENTACIÓN: 

Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial

 

La palabra del Señor es hoy bien clara: nuestro corazón es el que da origen a nuestras obras, buenas o malas, y así también nuestra caridad y nuestra misericordia se manifiestan en ellas; nuestros frutos serán lo que nosotros mismos somos, Y hoy Él es terminante: vemos y juzgamos a los demás sin ver ni juzgar lo malo que hay en nosotros, llamándonos hipócritas por esta actitud.

 

 

1ª. LECTURA:  (Eclo 27, 4-7)        (Ver texto)

 

Ya en este libro del Antiguo Testamento, se nos dice lo que luego Jesús nos manifestará en su Evangelio: "de la abundancia del corazón habla la boca".

 

SALMO RESP.:     (91, 2-3. 13-16)    (Ver texto)

                    R.   Es bueno darte gracias, Señor.             

 

2ª. LECTURA:    (1 Co 15, 51. 54-58)    (Ver texto)

 

Escuchemos uno de los pasajes más esperanzadores para nuestra vida: Pablo nos manifiesta que en la vida del cristiano no hay lugar alguno para la verdadera tristeza, nadie puede arrebatarle la certeza de su gloria en Jesucristo.

 

EVANGELIO:   (Lc 6, 39-45)      (Ver texto)

 

Escuchemos ahora al mismo Jesús que nos habla: y hoy Él nos manifiesta que nuestra bondad o maldad será reconocida por nuestras obras.

 

ORACIÓN DE LOS FIELES:

 

CELEBRANTE:

 

Y ahora, queridos hermanos, en la certeza de la presencia de Cristo entre nosotros, que por medio de su Espíritu nos ayuda a dirigirnos a nuestro Padre del Cielo, pidámosle que atienda nuestras necesidades, no por nuestros méritos, sino por los de su Hijo.

 

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"POR CRISTO, ESCÚCHANOS SEÑOR"

 

 v Padre, te pedimos por tu Iglesia y el Vicario de tu Hijo, que todos los hombres respondamos a su llamado a compartir los bienes de la creación, oremos...

 

v Padre, te pedimos por nuestro Obispo y todos tus sacerdotes, para que sean siempre el ejemplo que nos guíe en la tarea de convertir esta diócesis en una tierra verdaderamente evangelizada y evangelizadora, oremos...

 

v Señor, te pedimos por nuestra querida patria, para que dejemos definitivamente de lado las diferencias que nos separan y nos unamos para superar las dificultades del momento presente, oremos...

 

v Padre, te pedimos por los que sufren, para que reconozcan la presencia de tu Reino entre nosotros, en nuestra caridad fraterna, oremos...

 

v Padre, te pedimos por todos los cristianos, para que en nuestra vida diaria se hagan presentes la caridad y la misericordia como frutos de lo que abunda en nuestro corazón, oremos...

 

CELEBRANTE:

 

Padre bueno, te pedimos que atiendas favorablemente lo que con fe te hemos pedido y nos concedas la sabiduría y la fortaleza necesarias para que, en medio de las tribulaciones presentes, busquemos siempre y por sobre todas las cosas, la verdadera vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

 

Junto al pan y el vino, presentemos a nuestro Padre una sincera disposición a ser reconocidos siempre como discípulos de su Hijo, por el fruto de nuestras obras buenas.

 

DIÁLOGO DEL PREFACIO:

Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

 

Demos ahora gracias a nuestro Padre del Cielo, que en su Hijo nos ha dado la imortalidad, la victoria sobre el pecado y sobre la misma muerte.

 

COMUNIÓN:

 

Hoy el Señor nos ha llamado a ser perfectos, como lo es Él, nuestro maestro; y sólo podremos alcanzar esa perfección entrando en una íntima comunión con Él; comunión a la que ahora nos invita, participando de su propio Cuerpo y Sangre.

 

COMUNIÓN ESPIRITUAL:

Al término de la distribución de la comunión.

 

Hermanos:

Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

 

Creo Señor mío que estás realmente presente

en el Santísimo Sacramento del altar.

Te amo sobre todas las cosas y deseo

ardientemente recibirte dentro de mi alma;

pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,

ven al menos espiritualmente a mi corazón.

Y como si te hubiese recibido, me abrazo

y me uno todo a Ti;

Oh Señor, no permitas que jamás me separe de Ti.

Amén.

 

DESPEDIDA:

 

Acaba hoy la primera parte del tiempo ordinario, porque el próximo miércoles iniciamos ya la Cuaresma.

 

Y volvamos a nuestros hogares y a nuestras ocupaciones diarias con un compromiso, fruto de esta Eucaristía que hemos celebrado: que por nuestras actitudes, en todo momento y en todo lugar, los demás puedan reconocernos como verdaderos discípulos de Cristo.

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