PREPARACIÓN:
Antes de la salida del celebrante
Celebramos el cuarto domingo de Adviento, y nos reunimos, a punto ya de celebrar la Navidad, en una espera tranquila, sincera, ilusionada del Señor. Abrámonos a su constante venida, y que esté muy presente en nuestra celebración de hoy, aquella joven llamada María, "que reconoció y acogió sin reservas al Hijo de Dios en su corazón, antes aún que en su seno virginal."
AMBIENTACIÓN:
Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial
Hoy el Señor nos invita, con las palabras de Isabel, a contemplar a la Madre de los creyentes para aprender a acoger y a dar a Jesús. Él viene a nosotros para iluminar nuestras vidas con su luz, para redimirnos y librarnos de toda esclavitud; y Él espera nuestra respuesta de amor: que ésta sea la fiesta del perdón, de la reconciliación y del verdadero encuentro con los hermanos, sobre todo, con los más necesitados.
1ª. LECTURA: (Mi 5, 1-4a) (Ver texto)
Ya en las puertas de la Navidad, escuchemos hoy unas palabras que desde lejos, desde tiempos antiguos, nos anuncian la proximidad de Aquél que viene a salvar a su pueblo.
SALMO RESP.: (79, 2ac.3b. 15-16. 18-19) (Ver texto)
R. Restáuranos, Señor del universo.
2ª. LECTURA: (Hb 10, 5-10) (Ver texto)
Antiguamente los hombres no sabían cómo llegar a Dios, pero ahora todo ha cambiado, ya que se ha hecho presente entre nosotros un hombre que nos acerca totalmente a Él.
EVANGELIO: (Lc 1, 39-45) (Ver texto)
Escuchemos ahora, en el santo Evangelio, el anuncio de que Dios mismo viene a visitarnos, y es María Santísima quien nos lo trae. Cantemos el Aleluya: nuestra bienvenida al Señor que viene a salvarnos.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Y ahora, queridos hermanos, pensando en esta venida del Señor, que en días más vamos a celebrar, y atentos a las necesidades de todos, dirijamos nuestra plegaria al Padre.
GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando:
"VEN SEÑOR, Y NO QUIERAS TARDAR MAS"
v Para que todos los hombres recibamos el mensaje de amor y de paz en lo más profundo de nuestro corazón, pedimos...
v Para que en el pueblo de Dios que peregrina en esta diócesis se realice una efectiva renovación, según el Espíritu de tu Hijo, pedimos...
v Para que en nuestra querida Patria esta Navidad signifique una real conversión de nuestras vidas, y allanando los senderos recibamos en nuestro corazón al Hijo de Dios que nos lo trae María, pedimos...
v Para que todos los que sufren, los que se sienten tristes y vacíos porque nada esperan, en la manifestación del amor de Dios descubran motivos de vida y de verdadera alegría, pedimos...
v Para que esta fiesta no sea una mera celebración material, sino que todos los creyentes celebremos profunda y espiritualmente la Navidad, con la alegría que el Señor viene a hacernos verdaderos hijos de Dios, pedimos...
CELEBRANTE:
Dios nuestro, que complacido por la fe de la Virgen la has bendecido entre todas las mujeres como Madre del Señor, por su intercesión acoge nuestras súplicas y haz que reconozcamos los signos de tu visita, dispuestos a colaborar en la llegada de tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
Presentemos a Dios, junto al pan y el vino para el sacrificio, un corazón limpio y abierto para recibir en nuestras vidas a su Hijo que viene a traernos la liberación.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
DIÁLOGO DEL PREFACIO:
Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")
Gracias a este memorial de la ofrenda hecha por Jesucristo, también nosotros, después de veinte siglos somos santificados para ser pueblo de la Nueva y eterna Alianza. Por eso cantemos al Padre nuestra alabanza.
COMUNIÓN:
María estaba en comunión profunda con Jesús, que llevaba en sus entrañas. Esta comunión la llevó a estar también, decididamente, con Isabel que la necesitaba. Que el fruto de nuestra comunión sea también el estar decididamente al lado de quienes nos necesitan.
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que jamás me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
El viernes a la noche es ya la Nochebuena, y recibiremos al Señor conmemorando el acontecimiento que hace 2000 años cambió la historia del hombre; pero es preciso que este acontecimiento sea un real cambio de nuestras vidas y no sólo un festejo más. Cristo es el signo de la ternura de Dios, que se hizo uno de nosotros para que nosotros pudiéramos ser hijos de Dios.
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