Tu voz, Padre, clama por la voz de quienes son dañados en su dignidad como personas. Queremos escuchar su clamor y por eso te pedimos:
- “Jerusalén, despójate de tu vestido de luto y aflicción”. Para que la Iglesia viva las dificultades del camino con la con anza puesta en los consuelos de Dios, Roguemos al Señor.
- “Dios guiará a Israel entre estas”. Para que las autoridades de las naciones guíen a sus pueblos por el camino de la paz y la justicia, Roguemos al Señor.
- “El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”. Para que todos los que sufren puedan experimentar la buena noticia de la presencia y la acción salvadora de Dios, Roguemos al Señor.
- “Y todos verán la gloria de Dios”. Por todos nosotros, para que abramos bien los ojos de la fe y descubramos con admiración el paso del Señor por nuestras vidas, Roguemos al Señor.
Danos oídos nuevos, Señor, para escuchar tu Palabra y hacer las obras que Tú deseas. Por Jesucristo Nuestro Señor.
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