Celebramos el primer domingo de Adviento, tiempo para preparar nuestra alma para recibir a Jesús esta Navidad. Y en este pasaje, el propio Jesús nos explica cómo debemos prepararnos para recibirlo en esa segunda venida que nos tiene prometida al final de los tiempos: “Estén alerta”, “Velen” y “hagan oración continuamente”.
Jesús nos advierte que ese final llegará y entonces, se nos evaluará según cuánto hayamos amado. El papa Juan XXIII dijo: “Para el que ama cualquier día es bueno para morir”.
Estar alerta y velar significa estar atentos a no perder las oportunidades de amar, y a no caer en las tentaciones de pecar y hacer el mal… Si amamos y hacemos el bien, mantenemos a Dios en nuestra alma. Si llegáramos a pecar, de inmediato arrepentirnos, corregir y buscar confesarnos.
Como a veces amar o evitar el pecado no es fácil, la oración es el gran alimento del alma que la nutre para reconocer y resistir el mal, y buscar el bien. Cuando oramos, ya no vamos solos en la gran lucha del amor, ¡Dios nos acompaña!
El Juicio Final es como el examen sorpresa de la vida: sabemos que llegará y lo que nos evaluarán en él, pero no sabemos cuándo llegará. Por eso es tan importante estar alertas.
¿Acostumbras rezar al iniciar tu día, en la comida y al acostarte, para que Dios y María siempre te acompañen?
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