29 septiembre 2021

Guion litúrgico (3): Ciclo B - Tiempo Ordinario2 - Domingo 27º - 03 de octubre - Año 2021

 

Monición de Entrada: MOTIVACIÓN

Hermanos y hermanas: un domingo más, el amor del Señor Jesús nos convoca a esta celebración, y la Palabra que Dios nos dirige hoy quiere ser alimento en nuestro caminar por la vida.

La Palabra del Señor nos hablará sobre el amor en el matrimonio y nos dirá el gran misterio de la igualdad esposo-esposa, la importancia de la fidelidad de ambos y el empeño de cuidarse el uno al otro.

Pero el amor que Dios nos propone es don e iniciativa suya, y la única actitud apta para recibirlo es la postura de los niños, por su sencillez y capacidad de acogida. Siendo un don, el Reino está reservado para aquellos que “como los niños” confían, se abren y se abandonan por completo a la benevolencia de Dios.

Hermanos y hermanas: con gozo en el corazón, damos comienzo a nuestra celebración.

Moniciones a las lecturas

1.ª lectura: Génesis 2, 18-24

La voluntad de Dios aparece clara en esta página del libro del Génesis: la necesidad que hombre y mujer tienen el uno del otro para su propia realización humana; la común dignidad de ambos sexos; la integración de la respectiva sexualidad en el marco de la entrega mutua y del amor compartido. Un hermoso cuadro para la reflexión. Escuchamos.


2.ª lectura: Hebreos 2, 9-11

Durante varios domingos, la liturgia nos ofrecerá la lectura de la carta a los Hebreos. El texto de hoy recuerda la realidad de la humanidad salvada por Cristo. La Pasión de Cristo no es un fin en sí mismo, sino el camino hacia la Resurrección y la salvación plena. Los cristianos y cristianas estamos llamados y llamadas a vivir en positivo, a aprender a mirar la vida con su misma mirada: mirada de amor y plenitud para todos y todas. Lo acogemos con el corazón.


Evangelio: Marcos 10, 2-16

Jesús, en el Evangelio, habla del matrimonio como una alianza indisoluble. Éste fue el proyecto original del mismo Dios y el ideal a buscar y perseguir. Sólo desde el fundamento de un amor que se recrea constantemente se podrá realizar ese ideal de vida. La meta es sugerente. Nos disponemos a escucharle al Maestro y volver a recordar, una vez más, el plan de Dios.

Oración de los fieles

Al autor de la vida, al que nos ama en Cristo y por Cristo y nos invita constantemente al amor, oremos, hermanos y hermanas, recordando a todas las personas.


1.- Por la Iglesia, para que permanezca siempre fiel al Señor, anunciando la salvación y el amor incondicional de Dios a todos los seres humanos. ROGUEMOS AL SEÑOR.

2.- Por la paz entre todas las naciones y entre todos los pueblos, para que las relaciones internacionales estén marcadas por la justicia y el bienestar para todos y todas. ROGUEMOS AL SEÑOR.

3.- Por todos los matrimonios, para que sean fieles en sus relaciones, creadores de vida y ejemplo para las nuevas generaciones. ROGUEMOS AL SEÑOR.

4.- Por los matrimonios rotos o por los que sufren porque su amor primero amenaza con apagarse, para que puedan superar sus dificultades, recuperar la alegría y rehacer sus vidas. ROGUEMOS AL SEÑOR.

5.- Por cuantos y cuantas estamos aquí reunidos/as y por nuestras comunidades cristianas, para que juntos busquemos caminos de reconciliación y fraternidad. ROGUEMOS AL SEÑOR.

Presentación de las ofrendas

NOTA: ofrecemos diversos "SIGNOS" que nos parecen posibles, "fáciles" y que expresan el significado y el caminar de la Comunidad Cristiana.

POR FAVOR: que nadie piense que hay que hacer todos ellos. Que cada Comunidad, o Grupo de Liturgia los escoja y los adapte a su realidad.


RENOVACIÓN DEL AMOR Y DE LOS COMPROMISOS MATRIMONIALES

(El presidente invita a acercarse hasta el presbiterio a todos los matrimonios presentes. Una vez situados, el presidente les interroga:)

Amigos y amigas: hemos escuchado la Palabra de Dios que nos planteaba su plan de salvación. Vosotros y vosotras os habéis unido en sacramento de matrimonio para ser signo del amor de Dios a su pueblo y de la entrega de Jesucristo a su Iglesia. Ahora vais a renovar vuestros compromisos matrimoniales. Por eso, os pregunto:

¿Seguís amándoos y os comprometéis a hacerlo desde la libertad?
R/. Sí, nos queremos libremente.


¿Seguís decididos y decididas a ser fieles y a respetaros mutuamente durante toda la vida?
R/. Sí, nos prometemos fidelidad.


¿Seguís dispuestos y dispuestas a vivir la gracia de la familia y a educar a vuestros hijos e hijas en el amor a Cristo y a la Iglesia?
R/. Sí, lo estamos.


Cuando celebrasteis el sacramento del matrimonio, el presbítero, testigo de él, os pidió que unierais vuestras manos para manifestar el consentimiento mutuo. Yo os pido que lo hagáis ahora.

(Las parejas estrechan sus manos, tras lo cual el presidente dice:)

El Señor que hizo nacer en vosotros el amor, que os lo ha mantenido encendido durante años, que os ha bendecido con los hijos e hijas, confirme vuestro consentimiento mutuo. Lo que Dios ha unido que no lo separe el ser humano.

Y todos ahora proclamemos la bondad de Dios con estos hijos e hijas suyos.
R/. Bendito sea Dios.

(A continuación, los esposos, uno a uno, depositan sobre la misma mesa del altar sus alianzas matrimoniales. Se ha de tener en cuenta, por practicidad, que deben ser situadas de forma que, a la conclusión de la celebración, puedan ser fácilmente reconocidas. Concluida la ofrenda, uno de ellos dice:)

ORACIÓN - EXPLICACIÓN: Señor, sobre la mesa del altar hemos dejado nuestras alianzas matrimoniales, pues queremos unir nuestra entrega mutua como matrimonios a la de tu Hijo Jesucristo con nosotros y nosotras y con tu Iglesia. Te pedimos que aceptes nuestra ofrenda, que nos sigas regalando, día tras día, el don del amor y nos permitas ser, en medio de un mundo que trivializa el amor y los compromisos, testigos de tu Alianza.


UN MATRIMONIO PRESENTA A SU HIJO PEQUEÑO O SU HIJA PEQUEÑA

(Marido y mujer se levantan con su hijo pequeño o hija pequeña y se acercan hasta el presbiterio para hacer la ofrenda. Intervienen los dos, uno después de otro. Concluidas sus intervenciones, permanecen con el niño o la niña en el mismo presbiterio durante el resto de la celebración. Dicen:)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN:

MARIDO: Señor, aquí nos tienes con este(a) nuestro(a) hijo(a), regalo tuyo y fruto de nuestro amor. Te lo(a) queremos ofrecer en respuesta a tu misericordia. Tuyo(a) es y traza sobre él (ella) el plan de salvación.

MUJER: Te queremos ofrecer también nuestros deseos de proseguir y mantener el amor que nos hizo engendrarle, mediante nuestros cuidados y la educación. Educación, que pensamos, no sólo en orden a darle la oportunidad de que llegue a ser adulto(a), sino también que logre ser una persona en plenitud.

LA PAREJA: Sin embargo, Señor, somos conscientes de las muchas dificultades que engendra esta tarea y, principalmente, aquéllas que nos vienen de un ambiente y una sociedad interesada en personas débiles y fácilmente manipulables. Por eso, Señor, danos tu gracia para poderlo realizar.


PRESENTACIÓN DE UNA PAREJA DE ENAMORADOS

(Es necesario que sea una relación ya formal y conocida y, claro está, personas comprometidas en la acción social o evangelizadora de la Comunidad)

ORACIÓN - EXPLICACIÓN: Señor, tú sabes de nuestra aventura, porque nuestro amor es un regalo tuyo. Nosotros te lo ofrecemos ahora y, con él, nuestro compromiso y el de toda la comunidad de la que formamos parte, pues queremos, ser testigos del amor que nos has tenido y tienes a todas las personas y al mundo. Así, queremos hacer realidad tu sueño original, aquél que quisiste y deseaste desde el comienzo de la historia. Gracias por aceptar la ofrenda de nuestro amor.


PRESENTACIÓN DE UNA CEPA

(Fuera de las comarcas agrarias donde se cultivan las vides, será difícil encontrar este símbolo. Se puede, sin embargo, sustituir por cualquier tronco o por una planta. Lo puede presentar cualquier persona adulta de la comunidad, y dice:)

ORACIÓN - EXPLICACIÓN: Señor, yo te traigo hoy, en nombre de toda la comunidad, este tronco; es el símbolo de tu Iglesia, la nueva viña, que Tú has plantado, cuidado con esmero, vallado para no ser pisoteada y enriquecida con la casa del vigilante y el lagar. Somos conscientes del amor con que la has regalado. Pero somos también conscientes de la responsabilidad de nuestra respuesta. Por eso, te pedimos tu gracia, para que no seamos como tu viejo pueblo, infieles a tus palabras y deseos. Haz crecer a la Iglesia en frutos abundantes de justicia y amor, los que Tú quieres que produzca.


PRESENTACIÓN DEL GRUPO DE CARITAS

(NOTA: Cada domingo de estos dos próximos meses, sería bueno ir presentando UN GRUPO de Pastoral de la Parroquia, de forma que todos conozcan su proyecto).

(Hoy iniciamos con el grupo de CARITAS o de Acción Social que haya en la Comunidad. Sería muy interesante que se pudiera presentar el proyecto impreso en una HOJA, para repartirla al final de la celebración a cada uno de los y las asistentes. Ahora, se puede presentar en una cartulina grande, y que luego será colocada en un lugar significativo del templo parroquial. Una persona, en nombre de todo el grupo, lo presenta:)


ORACIÓN - EXPLICACIÓN: Nuestro grupo, Señor, en nombre de toda la Comunidad, trabaja por dar respuesta a las situaciones más complicadas que se dan entre nosotros y en nuestro entorno. Por eso, hemos hecho el esfuerzo de escribir el PROYECTO de CÁRITAS, que luego repartiremos a cuantos y cuantas lo deseen, de manera que lo conozcan, y entre todos y todas podamos ser más cercanos y cercanas, y más efectivos y efectivas ante los problemas. Acoge esta nuestra ofrenda y ayúdanos a cada uno y cada una de los miembros de la comunidad a ser cada día más sensibles a las personas más necesitadas.

Prefacio

(Puestos en pie, el Presidente inicia la oración de Acción de gracias, a la que se une la comunidad, diciendo: «GRACIAS, SEÑOR, PORQUE NOS HAS PROMETIDO TU PRESENCIA, SI NOS AMAMOS UNOS A OTROS»).


Te alabamos y te bendecimos, Padre nuestro,
porque hoy celebramos tu amor,
en el amor comprometido de nuestros matrimonios.
En Ti, Padre, el amor surge como de una fuente
y de ella bebemos los seres humanos sedientos
y cuantos y cuantas, por tu misma gracia,
han descubierto el matrimonio como su vocación
y el camino, no sólo para su realización humana,
sino también cual signo de tu Alianza
y de la entrega de Jesucristo a la Iglesia.
R/. «GRACIAS, SEÑOR, PORQUE NOS HAS PROMETIDO TU PRESENCIA, SI NOS AMAMOS UNOS A OTROS».

En los mismos orígenes del mundo y de la historia,
tú quisiste unir al hombre y a la mujer en el amor,
para que compartieran un mismo proyecto de vida,
fueran, de dos, una sola carne,
y perpetuaran, por el amor, la raza humana,
para que, los nacidos del amor,
no cesen de vivir en él.
Llenaste la tierra de tus dones,
la hiciste bella y ubérrima,
para que fuera la casa de las personas
y la fuente de su riqueza.
R/. «GRACIAS, SEÑOR, PORQUE NOS HAS PROMETIDO TU PRESENCIA, SI NOS AMAMOS UNOS A OTROS».

Por los profetas comparaste tu Alianza con tu pueblo
con la unión esponsal
y, en Cristo, tu Hijo, lo sellaste
con su amor hasta la muerte por la Iglesia.
Y en Él mismo, en su mismo estilo de vida,
nos dejaste el camino
que cada uno de nosotros y cada una de nosotras,
y unidos en matrimonio,
hemos de recorrer sin desmayo.
Toda su vida estuvo cifrada en el amor:
en dar la vida por los amigos y amigas
y en amar a los enemigos.
Estuvo exenta de mentira
y, porque las personas no soportaron la verdad,
le condenaron a muerte,
mientras Él con toda generosidad daba la vida.
R/. «GRACIAS, SEÑOR, PORQUE NOS HAS PROMETIDO TU PRESENCIA, SI NOS AMAMOS UNOS A OTROS».

Te pedimos, Padre misericordioso, envíes tu Espíritu
sobre todos nosotros y nosotras y sobre los matrimonios
que hoy han renovado sus compromisos,
para que llene nuestros corazones de tu amor
y para que la comunión con el estilo de vida de Jesús
nos ayude a ser fieles al amor vivido y compartido.
Que tu Espíritu, Señor, nos dé fortaleza,
como lo hizo con tu Hijo, para que demos testimonio.
Que seamos capaces de amar hasta la muerte.
Que pongamos al otro,
antes que a nosotros mismos, a nosotras mismas,
cuando se trata del amor.
Que, conforme vamos viviendo,
crezcamos en el amor sin cesar,
para que así llene de luz y de esperanza
nuestro difícil tránsito por esta vida.
R/. «GRACIAS, SEÑOR, PORQUE NOS HAS PROMETIDO TU PRESENCIA, SI NOS AMAMOS UNOS A OTROS».

Monición de Despedida

Hermanos y hermanas: el Dios que nos ama incondicionalmente es quien nos ha convocado a este encuentro de fe y a esta celebración; Él nos ha ofrecido su Palabra y nos ha propuesto vivir en el amor y desde el amor. Éste es el proyecto de Dios para el matrimonio: desde la mutua entrega y amor se realiza lo que Dios soñó para la humanidad. Ahora somos enviados y enviadas para ser testigos de todo esto en nuestras familias, en nuestros ambientes. ¡Feliz semana de testimonio cristiano!

Reflexión para este día

“Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros,
y su amor llega a nosotros a su plenitud.”






También hoy tenemos una cita con Dios y con su Palabra, en el marco de este domingo, día tan especial y significativo en la vida de los creyentes. Hoy, esta Palabra de Dios afronta un tema que ha sido y sigue siendo polémico entre nosotros y nosotras: el AMOR en el matrimonio y el DIVORCIO. ¡Nada menos!

En ocasiones (posiblemente en demasiadas), se ha pensado que con el divorcio ya teníamos “la solución para el desamor”; pero constatamos que el tema es mucho más profundo: es un problema personal, emocional, psíquico... que abarca a TODA la vida de las personas concretas.

Aquí surge la pregunta para los creyentes: ¿Qué podemos hacer para ayudar a los hombres y las mujeres de hoy a vivir su amor conyugal? ¿Bastará con defender teóricamente la indisolubilidad matrimonial? ¿Cómo ayudar a tantos esposos que fracasan y que pueden volver a equivocarse ya sea en la elección, ya sea por una falta de comunicación? ¿Cómo acompañarles?

Está claro que nuestro mundo necesita que ALGUIEN le enseñe que el AMOR es algo que hay que aprender día a día: que requiere tiempo, paciencia, fe, reflexión, capacidad de perdón. ¿No deberán ofrecer las Comunidades Cristianas esa luz, esa fuerza y ese aliento para alimentar y acrecentar el amor conyugal?

Una BÚSQUEDA constante de ese don maravilloso del AMOR de DIOS; ahondar cada día en el amor como único camino de realización es la forma de ayudar a nuestro mundo. Los creyentes tenemos que saberlo.

¡Dichosos y dichosas quienes lo intentan cada día:
porque serán SIGNOS del AMOR del mismo Dios!

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