02 noviembre 2020

Moniciones XXXII Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo A (8 de noviembre de 2020)

 MONICIÓN DE ENTRADA

Queridos hermanos, los últimos domingos del año litúrgico nos invitan a reflexionar sobre los acontecimientos finales de la vida humana y de la historia: la muerte, la segunda venida de Cristo, el juicio. Tras el lenguaje de las parábolas se esconde una invitación esperanzada a vivir el día a día con la mirada puesta en ese encuentro definitivo con el Señor, que nos ha de encontrar siempre preparados.

Celebremos con mucha fe la Liturgia del Día del Señor. De pie, cantamos...

Moniciones a las lecturas

Opción 1: Monición única para todas las lecturas

 La primera lectura de hoy nos presenta a la Sabiduría personificada como una figura femenina que sale al paso de quienes la buscan y anhelan su cercanía. Y sabias son también aquellas cinco muchachas prudentes y previsoras del evangelio que van al encuentro del novio con sus lámparas encendidas. La espera del esposo se alargaba mucho y causaba inquietud en los primeros, cristianos, a quienes responde Pablo en su carta a los Tesalonicenses. Con mucha atención escuchemos.

Opción 2: Moniciones para cada lectura

  • Primera lectura (Sabiduría 6, 12-16)

La primera lectura de hoy nos hace una  exhortación a la búsqueda de la sabiduría, resaltando la facilidad con que puede accederse a ella. Escuchemos.

  • Salmo responsorial (Salmo 62)

En la primera lectura se decía que la Sabiduría madrugaba para salir al paso de los deseos de sabiduría. Ahora es el salmista piadoso el que madruga para encontrarse con Dios. Responderemos al salmo 62:

  • Segunda lectura (1 Tesalonicenses 4, 13-18)

Pablo presenta a los cristianos de Tesalónica una catequesis sobre la suerte de los difuntos y los acontecimientos del fin del mundo. Escuchemos atentamente, porque estas indicaciones son para nosotros que esperamos la segunda venida de Cristo.

  • Evangelio (Mateo 25, 1-13)

Nuevamente en el Evangelio se habla del reino de los cielos bajo el simbolismo de una fiesta de bodas, pero esta vez no se habla del festín, sino de la espera previa y vigilante, como aquellas doncellas que esperaban a su esposo. Preparémonos para este discurso de Jesús.

Oración de los fieles

 Responderemos a cada petición: ¡VEN SEÑOR JESÚS!

  1. Por la Iglesia que espera ansiosa tu venida, te pedimos para que siga difundiendo ese mensaje de esperanza de una vida nueva en el Reino de los cielos. Oremos.
  2. Por los que gobiernan las naciones, pedimos tu presencia en tus corazones para que dirijan con sabiduría y rectitud a los pueblos. Oremos.
  3. Por los marginados, desposeídos y perseguidos, te pedimos que mores en sus corazones y les des fortaleza para resistir las adversidades. Oremos.
  4. Por nosotros que hoy compartimos tu banquete, te pedimos que nos ayudes a poner en práctica la palabra que de ti hemos escuchado. Oremos.

Presentación de los dones

Con el Pan y el vino presentemos al Señor la ofrenda interior de nuestros corazones, dispuestos a vivir atentos y vigilantes a su venida.

Comunión

Cristo nos ofrece su Cuerpo y su Sangre para que, recibiéndole con fe, tengamos la fuerza de vivir atentos y vigilantes ante la seguridad esperanzada de su venida.

Final

La Misa ha finalizado y nos retiramos a nuestros hogares y al mundo. Llevemos fe y esperanza a aquellos que la han perdido, sobre todo a los que no esperan una vida futura en la eternidad con Dios.

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