24 noviembre 2020

Liturgia 1º Domingo de Adviento. Ciclo B-29 noviembre

 

Monición de Entrada: MOTIVACIÓN

Hermanos y hermanas: bienvenidos y bienvenidas a este encuentro de fe y de fraternidad.

Iniciamos un nuevo Año Litúrgico y, con él, un nuevo Adviento: tiempo de gracia y esperanza. Ésta es la invitación: vivir en actitud vigilante, despiertos y despiertas. Él, el Señor Jesús, quiere crecer dentro de nosotros y de nosotras, curar nuestras heridas, enderezar nuestros caminos y preparar su Reino. Merece la pena aprovechar y vivir este tiempo con intensidad.

Dios se hizo presente ya en la Navidad de su Hijo, pero sólo unas pocas personas le recibieron. Él viene a nuestro encuentro en su Palabra, en los sacramentos, en los acontecimientos que vivimos, en cada hombre y mujer. ¡Atentos! Permanezcamos despiertos y despiertas, sin dormirnos, no vaya a ser que no le reconozcamos cada vez que se nos acerca.

Iniciamos con esta actitud esta celebración inaugural del Año Litúrgico.

Pregón

Nota: Conviene darle una significación especial; de hecho, la tiene. Cada Comunidad verá el momento para realizarlo, si al comienzo de la celebración, o después de la escucha de la Palabra y de la homilía. Escoger UNA de ellas o utilizar otra similar.


PREGON DE ADVIENTO - 1

Hombre de hoy,
¿dónde has puesto tus ojos,
dónde tienes tu esperanza?



Hombre de hoy,
¿dónde tienes la meta de tu caminar?
Tienes hambre de todo y nada te sacia.
Tienes, tienes, tienes...
y tu tener no te da felicidad.
Te prometen y sigues decepcionado.

Hombre de hoy,
¡abre los ojos a lo que no esperas!
Mira, por los montes llega un hombre frágil,
sin apariencia especial.
Mezclado con los pecadores
se bautiza como uno de tantos
y nadie reconoce su don.
Sólo el Bautista confiesa:
“Soy yo el que tiene que ser bautizado,
no tú, autor del bautismo”
.
Este hombre frágil es el brote
que Dios ha sembrado entre los hombres
para que germine el Reino prometido.

Hombre de hoy,
escucha tu sed y tu hambre siempre insaciables
y abre tu corazón a lo nuevo.
Todo lo nuevo está dentro de Él.
No lo busques en tener,
ni lo busques en palabras que sabes que nunca se cumplen.

Hombre de hoy,
escucha tu soledad
y déjate encontrar por Aquel que viene a buscarte
en la fragilidad del silencio,
en la promesa que anuncia:
“Dios quiere al hombre. Hoy se acuerda de él”.

Ulibarri, Fl.



Nota: Hemos preparado este pregón de Adviento 1 con un montaje de diapositivas y música hecho en PowerPoint. Si queréis utilizarlo >>> pinchar AQUÍ<<<.




PREGON DE ADVIENTO - 2

Os anuncio que comienza el Adviento.
Alzad la vista, restregaos los ojos, otead el horizonte.
Daos cuenta del momento. Aguzad el oído.
Captad los gritos y susurros, el viento, la vida...

Empezamos el Adviento,
y una vez más renace la esperanza en el horizonte.
Al fondo, clareando ya, la Navidad.
Una Navidad sosegada, íntima, pacífica,
fraternal, solidaria, encarnada,
también superficial, desgarrada, violenta...;
mas siempre esposada con la esperanza.

Es Adviento esa niña esperanza
que todos llevamos, sin saber cómo, en las entrañas;
una llama temblorosa, imposible de apagar,
que atraviesa el espesor de los tiempos;
un camino de solidaridad bien recorrido;
la alegría contenida en cada trayecto;
unas huellas que no engañan;
una gestación llena de vida;
anuncio contenido de buena nueva;
una ternura que se desborda...

Estad alerta y escuchad.
Lleno de esperanza grita Isaías:
«Caminemos a la luz del Señor».
Con esperanza pregona Juan Bautista:
«Convertíos, porque ya llega el Reino de Dios».
Con la esperanza de todos los pobres de Israel,
de todos los pobres del mundo,
susurra María su palabra de acogida:
«Hágase en mí según tu palabra».

Alegraos, saltad de júbilo.
Poneos vuestro mejor traje.
Perfumaos con perfumes caros. ¡Que se note!
Viene Dios. Avivad alegría, paz y esperanza.
Preparad el camino. Ya llega nuestro Salvador.
Viene Dios... y está a la puerta.
¡Despertad a la vida!

Ulibarri, Fl.



Nota: Hemos preparado este pregón de Adviento 2 con un montaje de diapositivas y música hecho en PowerPoint. Si queréis utilizarlo >>> pinchar AQUÍ<<<.

Moniciones a las lecturas

1ª Lectura: Isaías 63, 16-17; 64, 1. 3-8

Según el texto del Antiguo Testamento que vamos a proclamar, el pueblo de Israel anhelaba la presencia de Dios para recobrar el sentido de sus vidas; esperaban que Él les sacara de la rutina en la que vivían. Por eso, el profeta Isaías ruega a Dios que rasgue los cielos y venga cuanto antes a salvarlos. El Dios que rasga los cielos y desciende no es un Dios ocasional, episódico; es el “Dios-con-nosotros” que viene a estar en el centro de nuestra existencia. Es un Dios que no exige ni pide cuentas, sino un Dios que se nos da, se entrega sin reservas. Acogemos este hermoso mensaje.


2ª Lectura: 1 Corintios 1, 3-9

El apóstol Pablo, en la carta a la comunidad de Corintio, profundiza en el sentido de la espera; y es que mientras se espera, es necesario dar testimonio de aquello que se ha vivido y experimentado. Esto es, la NUEVA VIDA lograda por medio de Cristo, el Señor. Todo ello será posible porque Dios es fiel, concluirá el apóstol. Acogemos su testimonio.


Evangelio: Marcos 13, 33-37

El evangelista Marcos nos hace hoy una llamada a la vigilancia porque el Señor se está acercando. No podemos ni dormirnos ni desentendernos; hay que estar alerta. No podemos delegar en nadie el encargo de vigilar y trabajar. Sólo así podremos descubrir y vivir diariamente su presencia en nuestras vidas y en nuestro mundo. Escuchamos.

Oración de los fieles

Y como respuesta a la Palabra que Dios nos ha dirigido hoy, presentamos al Señor nuestras oraciones y plegarias. Estamos seguros y seguras de que Él nos ha de escuchar, pues no le es indiferente nuestra suerte y nuestros caminos.

1.- Por nuestra Iglesia, que su preocupación por los y las más pobres y desfavorecidos y desfavorecidas le lleve a ser lámpara encendida que ilumina las esperanzas de los hombres y las mujeres. ROGUEMOS AL SEÑOR.

2.- Por las autoridades y gobernantes de todos los países del mundo, para que busquen siempre promocionar y alentar a los movimientos que luchan en favor de la justicia, la paz y la libertad. ROGUEMOS AL SEÑOR.

3.- Por los hombres y mujeres que caminan por la vida sin meta ni objetivo, para que encuentren al Dios que nos mantiene despiertos y despiertas y nos llama a la vida en plenitud. ROGUEMOS AL SEÑOR.

4.- Por todas las personas que sufren en su cuerpo o en su espíritu, para que sus dolores y la injusticia no apaguen en ellas nunca la esperanza. ROGUEMOS AL SEÑOR.

5.- Por nosotros y nosotras, por toda nuestra comunidad, para que en este Adviento vivamos despiertos y despiertas en la fe, firmes en la oración y atentos y atentas a las necesidades de los hermanos y hermanas. ROGUEMOS AL SEÑOR.

Presentación de las ofrendas

NOTA: ofrecemos diversos "SIGNOS" que nos parecen posibles, "fáciles" y que expresan el significado y el caminar de la Comunidad Cristiana.

POR FAVOR: que nadie piense que hay que hacer todos ellos. Que cada Comunidad, o Grupo de Liturgia los escoja, los adapte a su realidad y… ¡buena suerte y feliz labor!.


PRESENTACIÓN DE LA CORONA DE ADVIENTO

(Seguimos con esta bella tradición de la Corona de Adviento. Puede haber sido confeccionada en la propia comunidad o haberse encargado a una floristería. Debe hacer la ofrenda el Presidente del Consejo Parroquial. Dice:)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor, con este símbolo del Adviento y en nombre de toda la comunidad, te quiero hacer presente que todos/todas y cada uno/cada una nos comprometemos a vivir este tiempo fuerte de preparación a la Navidad de tu Hijo y a su venida definitiva. Danos fuerza y luz, Señor, para vivirlas, de acuerdo a tus deseos, santos e irreprochables en el amor.


SE ENCIENDE LA PRIMERA VELA DE LA CORONA DE ADVIENTO

(Una vez, que todo el mundo está sentado, se acerca quien preside hasta la corona, situada delante del altar o sitio bien visible, y enciende el primero de los velones, que corresponde a este primer domingo de Adviento. Tras ello, dice la siguiente monición-oración)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Padre nuestro, en el inicio del Adviento, queremos hoy encender la primera vela de esta corona, como signo de la luz que alumbra nuestra esperanza. A la vez, queremos hacer de ella la señal de nuestro permanecer despiertos/despiertas y con los ojos del corazón abiertos para leer todos los signos y rastros de tu venida y de tu presencia entre nosotros y nosotras. Que no se nos escape, Señor, nada de lo que nos habla de Ti. Que no se embote nuestra sensibilidad para sintonizar contigo allá donde Tú estés.


PRESENTACIÓN DE UN SUEÑO, UN DESEO, UNA ESPERANZA Y UNA ORACIÓN

(Hacen la ofrenda un niño o una niña, un o una joven, un matrimonio y un anciano o una anciana)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN:

El NIÑO o la NIÑA: Señor, yo te traigo un sueño infantil: que el mundo sea como nuestros juegos, un ámbito de fraternidad e igualdad.

El JOVEN o la JOVEN: Por mi parte, te traigo, Señor, un deseo: que los hombres y las mujeres y la sociedad sólo se muevan desde la verdad.

El MATRIMONIO: Nosotros, que vivimos mirándonos en nuestros hijos e hijas, te ofrecemos una esperanza: que el clima de las relaciones entre las personas sea la paz.

El ANCIANO o la ANCIANA: Yo vivo, Señor, marcado por el pasado y tocando con las yemas de los dedos el futuro. Por eso, te traigo mi oración: perdona cuanto retarda tu venida definitiva y haz que el sueño del niño (de la niña), el deseo del (de la) joven y la esperanza de nuestro matrimonio, por la fuerza de tu gracia, lleguen a ser una realidad.


PRESENTACIÓN DE LOS NIÑOS Y NIÑAS DE LA COMUNIDAD

(Quien preside la celebración pide a los niños, a las niñas de la comunidad, presentes en la misma, que se adelanten y se pongan junto al altar. Si hubiera niños y niñas suficientes, podrían hacer un corro en torno al altar, dándose las manos. Una vez situados y situadas, se dice la monición-oración)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Con la corona de Adviento, en la que hemos prendido la primera vela, queremos hoy, Señor, presentarte, también, lo que tenemos más prendido de esperanza: nuestros niños y niñas. Su presente es su futuro. Y, por eso, en sus juegos, lo adelantan cada día. Pero queremos en ellos y en ellas, Señor, mirarnos en sus mismos ojos y, si nos vemos ya adultos, sin embargo, conservamos el corazón lleno de esperanza.


PRESENTACIÓN DE UN PERIÓDICO

(Lleva el periódico uno de los miembros de la comunidad, mientras otro hace la ofrenda:)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor, nosotros/nosotras te traemos hoy un periódico. Es el resumen de la vida de una jornada a nivel local, provincial, regional, nacional e internacional. Son pocas las noticias buenas que nos ofrece. Es más numerosa la información de signo negativo. Hay guerras, injusticias, corrupción, sucesos. Son un resumen de cómo somos los hombres y las mujeres. Pero son también un signo de tu presencia entre nosotros y entre nosotras, si somos capaces de agudizar nuestra vista y ver bajo la pesada realidad cómo Tú nos hablas. Señor, no permitas que se embote la sensibilidad de nuestra fe para reconocer tu presencia entre nosotros y entre nosotras.

Prefacio

(Vueltos todos y todas a sus puestos, y de pie, unen sus voces en la oración de Acción de Gracias, en la que todos unidos y todas unidas proclaman: «VEN, SALVADOR, VEN SIN TARDAR»).

Como tu antiguo pueblo,
esperamos hoy, Señor, tu manifestación
en tu Hijo Jesucristo.
Tú te hiciste presente en los acontecimientos
y le fuiste llevando de la mano por la historia.
Le defendiste de los enemigos
y sellaste con él un pacto.
Por los profetas,
mantuviste encendida su esperanza en el Mesías,
Príncipe de la paz y defensor de la justicia,
y en los tiempos nuevos.
R/. "VEN, SALVADOR, VEN SIN TARDAR".

Jueces, reyes y profetas
no les consideraste suficiente
para manifestarte a los hombres y a las mujeres,
que, llegada la plenitud de los tiempos,
lo hiciste en tu Hijo Jesucristo.
Nació en Belén, de una doncella,
y dijo tu palabra de esperanza
por los caminos de Galilea.
Pocos y pocas fueron los que reconocieron en él
a tu Hijo unigénito,
a pesar de que les habló de liberación.
Muchos, al contrario, llenos de odio
lo clavaron en la cruz.
Y Tú lo rescataste de las sombras de la muerte,
por la resurrección.
R/. "VEN, SALVADOR, VEN SIN TARDAR".

Pero tu Hijo, a los y a las que creyeron en él,
les prometió su vuelta
y sembró en sus corazones el Espíritu Santo,
para que mantuviera encendida la esperanza
del nuevo pueblo, de tu Iglesia.
Sin embargo, a nosotros y a nosotras, Señor,
como le pasó a tu antiguo pueblo,
nos cuesta mantener encendida la esperanza
y nos sentimos tentados y tentadas
por los cantos fáciles de este mundo,
que prometen felicidad,
a pesar de llenarnos de insatisfacción.
R/. "VEN, SALVADOR, VEN SIN TARDAR".

Nosotros y nosotras, Señor, queremos hoy
presentarte nuestra acción de gracias,
por tu inquebrantable fidelidad,
porque nos dices, sin desfallecer, tu palabra
y nos muestras tu presencia salvadora.
Sin embargo, queremos pedirte tu fuerza,
para que, en medio de la tentación,
nos despiertes a la vigilancia
y nos hagas ver los signos de tu presencia.
Anima nuestro anhelo de ver tu rostro,
enciende nuestros deseos de encontrarnos con tu Hijo.
No tardes, Señor, no sea que desfallezcamos.
R/. "VEN, SALVADOR, VEN SIN TARDAR".

Monición de Despedida

Hermanos, hermanas: el Señor nos ha dicho su Palabra, invitándonos a vivir vigilantes y esperanzados-esperanzadas con la llegada de su Hijo. Vivir despiertos-despiertas en cristiano significará vivir comprometidos-comprometidas en el presente con lucidez, vivir positivamente trabajando por una sociedad más justa y fraternal. Ojalá que nuestro estilo de vida ayude a muchas personas a levantar la cabeza y descubrir los nuevos signos de los tiempos que aparecen en el horizonte y a probar otro estilo de vida abierto a la presencia y utopía de nuestro Dios. Que el Señor nos acompañe en nuestro caminar. ¡Feliz Año Litúrgico! ¡Feliz Adviento!

Reflexión para este día

“Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación”




Hoy iniciamos el NUEVO AÑO LITÚRGICO. Y esto supone algo muy especial para un grupo de creyentes: nos disponemos a vivir, celebrar y alimentarnos, -a lo largo de los próximos meses-, de esa HISTORIA de AMOR de DIOS, de su “historia de salvación” para con nosotros y con nosotras. Esto es lo que la Comunidad Cristiana celebra en la liturgia. ¡Cuántas veces podemos olvidar este punto de partida y… entonces, todo es aburrido!

El primer momento clave de esa Historia de Amor de Dios es la PRESENCIA de ALGUIEN: es el nacimiento de Alguien esperado y deseado; Alguien que dé esperanza a ese hombre y mujer en tensión, en búsqueda, deseando encontrar un sentido a su vida, a la historia e, incluso, a la muerte. Por eso, el ADVIENTO es tiempo de ESPERA, un tiempo a disponernos a preparar los CAMINOS del SEÑOR: sólo desde esa apertura-disponibilidad será posible RECONOCERLE. Así será NAVIDAD: vivir su presencia como salvación. Éste es el tiempo que iniciamos.

El hecho de oír el anuncio de nuestra liberación (“levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación”) y la invitación a vivir en una actitud despierta (“vigilad, pues no sabéis cuándo es el momento”), suscita en los y en las creyentes un poderoso sentimiento de ESPERANZA. Precisamente la tarea profética del pueblo de Dios en el transcurso de la historia ha consistido en encender la llama frágil, pero que tanto necesita nuestro mundo y esta nuestra historia, tan amenazada por todas partes, por tantos genocidios ocurridos a lo largo de los siglos. Es necesario hacer posible el milagro de que brille aún sobre el mundo esa luz inefable de unos ojos ilusionados en mirar hacia delante.

Pero será necesario ser conscientes de las amenazas que nos acechan: la satisfacción por el presente, magnificándola, o el ensueño del pasado, convertidos en una especie de estatuas de sal. Todo anclaje en el presente o en el pasado es un pecado contra la esperanza. El creyente, tú y yo, estamos llamados y llamadas a buscar y a vivir DESDE y PARA la esperanza, que nos aguarda delante de nosotros y de nosotras.

¡Dichosos y dichosas quienes esperan su VENIDA:
porque Él llenará sus deseos más profundos y vitales!

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