02 noviembre 2020

Celebraciones con niños: 8 noviembre

 32º ORDINARIO “ESTAD DESPIERTOS”

 Ciclo A 

CANTO: “Cerca del hogar”

MONICIÓN DE ENTRADA:

Bienvenidos a esta celebración:

Jesús hoy nos dice que el Reino de los cielos está cerca y hay que estar preparados. Está tan cerca que es hoy. 

¿Qué es el Reino de los cielos? El Reino de los cielos es el mundo lleno del amor de Dios. Un mundo con justicia, con verdad, con paz, con perdón, con solidaridad etc. Por eso Jesús lo compara con una boda, con una fiesta…La fiesta no puede esperar para mañana, si la fiesta es hoy todo lo que necesito para la fiesta no lo puedo traer mañana porque los invitados no pueden esperar y mientras esperan no hay fiesta.

Tener aceite en nuestras lámparas para la fiesta es vivir hoy todo lo que esperamos, todo lo que se necesita para la fiesta y todo lo que nos hace felices. 

Tener aceite en nuestras lámparas para la fiesta del reino es amar hoy, perdonar hoy, compartir hoy, ayudar hoy, trabajar por los demás.

Estar preparados es vivir y hacer ahora todo lo necesario para que la vida sea una fiesta. Hoy también celebramos el día de la Iglesia diocesana.

ACTO PENITENCIAL:

— Te pedimos perdón por no mantener encendidas las lámparas de nuestra alegría de ser cristianos. SEÑOR, TEN PIEDAD

— Te pedimos perdón por no mantener encendidas las lámparas de nuestro amor a Dios. CRISTO, TEN PIEDAD

— Te pedimos perdón por no mantener encendidas las lámparas de nuestra fe en Jesús. SEÑOR, TEN PIEDAD

CANTO: GLORIA A DIOS

ORACIÓN COLECTA:

Padre bueno, que quieres que disfrutemos de tu amor y lo transmitamos a los demás, abre nuestros corazones a la escucha de tu Palabra de sabiduría y de caridad y concédenos que podamos estar siempre atentos a tu llegada. PJNS

LITURGIA DE LA PALABRA                                           

LECTURA: Sabiduría 6,1216

CANTO: “ESCUCHA TÚ, LA PALABRA DE DIOS”

EVANGELIO: San Mateo 25, 1-13

HOMILÍA: 

Frase para comentar:

Velad, porque no sabéis el día ni la hora (Mt 25,13)

Imagen para comentar: 

ORACIÓN DE LOS FIELES:

–Por nuestra Iglesia, el Papa Francisco, Obispos y nuestros sacerdotes, para que nos guíen siempre, en la construcción de una Iglesia diocesana que siempre mantenga encendida la lámpara de la fe y del amor. ROGUEMOS AL SEÑOR

— Para que el mundo sea la casa común de todas las personas, sin excluir a nadie por su condición, raza, o religión, y se respeten los derechos de las personas a vivir con dignidad. ROGUEMOS AL SEÑOR.

— Para que los gobiernos de las naciones trabajen por la igualdad de tantos pueblos injustamente empobrecidos, y les ayuden en un desarrollo justo y solidario. ROGUEMOS AL SEÑOR.

— Para que seamos constructores y creadores de PAZ allá donde estemos, una paz que nace de la justicia y el reconocimiento de todas las personas. ROGUEMOS AL SEÑOR.

— Para que, en nuestra Comunidad, se cuide la ACOGIDA de todas las personas, sin excluir a nadie: enfermos, ancianos, inmigrantes, parados, drogadictos. Haznos sensibles y cercanos a todos ellos. ROGUEMOS AL SEÑOR.

— Por los que estamos en esta celebración, para que sepamos afrontar las dificultades que nacen del anuncio del Evangelio y seamos templos vivos, fundamentados en Jesús, ofreciendo su vida al mundo. ROGUEMOS AL SEÑOR.

LITURGIA EUCARÍSTICA

OFRENDAS:

–Te traemos esta luz encendida, símbolo de Jesús que reunió a los primeros cristianos en comunidades vivas. Te ofrecemos con ella, en primer lugar, nuestros deseos de vivir y compartir en nuestra comunidad para que podamos ser “luz para los demás”. Y en segundo lugar, para mostrar nuestras ganas de salir de la comunidad y hacerte presente entre los hombres, a través de nuestra palabra y nuestra vida. 

–Te ofrecemos estos Evangelios y, con ellos, nuestra decisión firme de seguirlos y seguir los pasos de Jesús. Ellos son el libro de tus apóstoles y nuestro libro. Al seguir los Evangelios, queremos vivir como una ofrenda nuestras vidas de amor y servicio a los demás.

–Con el pan y el vino, Señor, te ofrecemos lo que necesitamos y más queremos: la fuerza que nace de la hagan presente a Jesucristo en esta mesa. ¡Gracias, Señor!

CANTO: ¿Qué te puedo dar?

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:                                                                  

Acoge, Padre de bondad, este pan y este vino que Tú mismo nos has dado para que, transformados en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, sean para nosotros el alimento que nos transforma y nos lleva a estar atentos a tu presencia en medio de nosotros. Te lo pedimos a ti que vives y reinas por siempre. 

PLEGARIA EUCARÍSTICA

PREFACIO: 

Te damos gracias, Padre amoroso, por todo lo que haces por nosotros cada día y ante todo por todo lo que nos has mostrado en tu Hijo. Él nos ha acercado a ti y nos descubre tu voluntad para con nuestros hermanos. Él nos descubre que Tú eres la fuente y la meta de nuestro ser y existir dándonos a los demás, trabajando por ellos en la construcción de un mundo mejor, más justo y solidario. Conscientes de nuestras limitaciones y que solo Tú eres quien obra a través de nosotros todo lo bueno de que somos capaces. Por eso, con todos los que están contigo en el cielo, te cantamos. 

SANTO 

PADRENUESTRO (cantado) 

CANTO DE LA PAZ: “LA PAZ TE DOY A Ti MI HERMANO”

CANTO: (este canto es para antes de la comunión, en el momento de la invitación a participar del banquete eucarístico)

«El Señor Dios nos amó

Como a nadie amó jamás

Él nos guía como estrellas

Cuando no exístela luz,

Él nos da todo su amor

Mientras la fracción del pan,

Es el pan de la amistad,

El pan de Dios.

Es mi cuerpo

Tomad y comed

Esta es mi sangre

Tomad y bebed,

pues yo soy la vida

yo soy el amor.

¡Oh Señor, condúcenos

hasta tu amor!»

CANTO DE COMUNIÓN: “alma misionera”

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Después de recibir a Jesús, te pedimos que nos ayudes a dar testimonio de su presencia entre nosotros y de la esperanza en la vida eterna. Te lo pedimos por el mismo Cristo-Jesús, que contigo vive y reina para siemrpe. 

ORACIÓN FINAL:

Tú, Señor Jesús, nos quieres de verdad
y buscas siempre nuestro mayor bien.
Gracias Señor porque buscas
nuestra felicidad
y perdona nuestras insensateces.
Nos quedamos en tonterías
y dejamos de lado lo que es fundamental, somos así.
Ten paciencia con nosotros
y no te canses de advertirnos
que lo importante es poder tener,
cuando llegue el momento
la lámpara de nuestra vida encendida.
Esto es poder mostrarte
los muchos gestos de amor, de entrega,
de solidaridad que hemos ido teniendo
a lo largo de nuestras vidas.
Ese es el aceite para nuestras lámparas.

CANTO FINAL: “Cuentan” 

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