DÉCIMONOVENO DOMINGO: TIEMPO ORDINARIO -“A” (Mt.14, 22-33)
NARRADOR: ¿Os acordáis?: el domingo pasado Jesús dio de comer a una multitud. Después que la gente se hubo saciado, dijo a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente.
Una vez que despidió a la gente, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba allí solo.
DISCÍPULO1: ¿Dónde se habrá metido el Maestro?
DISCÍPULO2: Se ha ido y nos ha dejado solos en la barca.
NARRADOR: Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. De madrugada se les acercó Jesús, andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma.
DISCÍPULO1: ¿Estáis viendo lo que yo veo?
DISCÍPULO2: ¡Maestro…! ¡Dónde estás!
DISCÍPULO3: Estoy muerto de miedo ¿Vosotros, no?
NARRADOR: Jesús les dijo enseguida:
JESÚS: ¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!
PEDRO: Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua.
JESÚS: ¡Ven! Pedro.
NARRADOR: Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó:
PEDRO: ¡Señor, sálvame!
NARRADOR: En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo:
JESÚS: ¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?
DISCÍPULOS: Realmente eres Hijo de Dios
Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández
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