03 agosto 2020

Domingo 19º - 09 de agosto - Año 2020: Moniciones, liturgia, peticiones..

Monición de Entrada: MOTIVACIÓN

Hermanos y hermanas: en torno al altar y con el deseo de celebrar la Eucaristía con otros hermanos y con otras hermanas, el Señor nos reúne, de nuevo, para escuchar y llenarnos de su Palabra.

Una vez más, será un mensaje lleno de esperanza. De ahí que resonarán con fuerza las palabras de Jesús: “Ánimo, soy yo, no tengáis miedo”. Y es que con Él todo es diferente; su presencia transforma las situaciones más complicadas y difíciles, como escucharemos en el relato evangélico. Él es la garantía para cuantos y para cuantas se le acercan y le acogen con un corazón sincero y abierto. No podemos olvidar que él, Jesús, es el rostro visible de Dios. Él nos dirá que Dios se manifiesta en lo pequeño, en lo sencillo, y no precisamente en lo grandioso y espectacular, como a veces nos gustaría a nosotros y a nosotras.

Iniciamos este encuentro con Dios que se ofrece en su Palabra, en la Eucaristía, en los hermanos y hermanas reunidos y reunidas, en el silencio del corazón…

Moniciones a las lecturas

1ª Lectura: 1 Reyes 19, 9a. 11-13a

En el relato del Antiguo Testamento que vamos a escuchar, se nos presenta al profeta Elías que quiere escapar de Israel, aquel pueblo que olvida al Dios de la Alianza, acercándose peligrosamente a otros dioses. El profeta, en su soledad, quiere descubrir a Dios, pero, con sorpresa, descubre que Dios no es algo majestuoso y que se impone por la fuerza. Más bien, es como un susurro que se le encuentra en el silencio. Acojamos con paz este sencillo relato.


2ª Lectura: Romanos 9, 1-5

El apóstol Pablo vive el drama de su pueblo, porque comprueba que los hijos e hijas de Israel no han querido reconocer a Jesús como Mesías. Esta situación le lleva a vivir entregado a sus hermanos y a sus hermanas, para que puedan descubrir lo que él mismo ha experimentado. Una tarea difícil y complicada, pero que muestra la hondura humana de este gran apóstol. Escuchamos este testimonio.


Evangelio: Mateo 14, 22-33

En el relato evangélico, se nos presenta una manifestación extraordinaria de Jesús. Él viene a hacer presente al Dios de la Vida, que todo lo hace nuevo. En esta ocasión se manifiesta en el mar: calma la tempestad y enseña a saber afrontar sin miedo el riesgo de creer. El creyente sabe que Cristo está siempre presente en su caminar; hay, pues, motivos para la confianza. Escuchamos.

Oración de los fieles

Siempre estamos necesitados y necesitadas de que Dios Padre nos ayude. Acudimos, ahora, llenos de confianza y le presentamos nuestras necesidades.

1.- Por la Iglesia, para que evite la grandiosidad, la autosuficiencia, la prepotencia, y sea una Iglesia sencilla, cercana, abierta y acogedora, y así pueda desarrollar la misión que se le ha encomendado. ROGUEMOS AL SEÑOR.

2.- Por todas las personas: las que se encuentran solas, los enfermos y las enfermas, los parados y las paradas, los y las inmigrantes, los y las que no tienen papeles, los y las sin techo, por los y las más desfavorecidos y desfavorecidas de la sociedad, para que sean respetados sus derechos y encuentren personas que les ayuden en sus necesidades. ROGUEMOS AL SEÑOR.

3.- Por todos los cristianos y las cristianas, para que renovemos nuestra fe y nuestra confianza en que Dios camina con nosotros, con nosotras. ROGUEMOS AL SEÑOR.

4.- Por la paz en el mundo y en nuestro pueblo para que cesen todas las violencias y hostilidades; y por todas las personas que trabajan en favor de la PAZ, para que se abran caminos nuevos para el diálogo, desde el respeto y la tolerancia. ROGUEMOS AL SEÑOR.

5.- Por nuestra Comunidad Parroquial; por todas las personas que están veraneando en cualquier lugar, para que se sientan acogidas. ROGUEMOS AL SEÑOR.

Presentación de las ofrendas

NOTA: ofrecemos diversos "SIGNOS" que nos parecen posibles, "fáciles" y que expresan el significado y el caminar de la Comunidad Cristiana.

POR FAVOR: que nadie piense que hay que hacer todos ellos. Que cada Comunidad, o Grupo de Liturgia los escoja y los adapte a su realidad.



PRESENTACIÓN DE UNA ROCA

(Lo realiza una persona adulta de la Comunidad)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Yo te traigo, Señor y Dios nuestro, esta roca, como signo de que te reconocemos como nuestro refugio y fortaleza. Es más, no queremos tener otro. Queremos escuchar tu voz, que nos sosiega y nos da paz. Y eso aún en medio de las dificultades que hoy en día nos presenta la vida. Profundiza, Señor, nuestra fe en Jesucristo, tu Hijo amado, para que le podamos sentir como compañero de camino y como nuestra seguridad.


PRESENTACIÓN DE UNA REVISTA CON LA PROGRAMACIÓN DE LA TELEVISIÓN

(Esta ofrenda la hace un o una joven)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor, yo te traigo esta revista de programación de televisión. Lo hago tan sólo como ejemplo de los valores que defiende y vive nuestro mundo y sociedad actuales, y frente a los cuales no parece consentirse ninguna oposición y resistencia. Los valores evangélicos son bien distintos, y Tú nos pides vivirlos. Con esta revista, quiere expresar mi compromiso de testimoniar esos valores evangélicos en el ambiente donde vivo, me divierto y trabajo.


PRESENTACIÓN DE UNA TOALLA DE PLAYA

(Lo puede presentar cualquier joven o persona adulta de la Comunidad)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor, en este ambiente nuestro, en nuestra sociedad, disfrutar del sol, “estar guapos y guapas” es un deseo y nos lleva a una búsqueda ansiosa. Hoy te ofrecemos esta toalla, como signo de este tiempo vacacional. Y te pedimos que nos ayudes a vivir el descanso como un valor que nos acerca más a Ti, Creador del universo, y a nosotros mismos y a nosotras mismas, tantas veces necesitados y necesitadas de sosiego y de paz interior. Haz que nos recuperemos bien para comenzar el nuevo curso como una nueva oportunidad en nuestra vida.


PRESENTACIÓN DE UN MONEDERO

(Lo puede hacer uno de los o las jóvenes de la comunidad. Luego, dice:)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Mira, Señor y Padre nuestro, yo te ofrezco hoy este monedero, como símbolo de nuestra renuncia a cuanto se opone a Jesucristo en este mundo y que se concentra en el consumo. Y lo hago como joven, pues somos el grupo más tentado de toda la sociedad. Quiero decirte, con Israel: «Lejos de nosotros abandonar al Señor», y con Pedro: «¿A quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna». Por último, te doy gracias, y de todo corazón, porque Tú, y sólo Tú, eres quien pones en mi corazón la gracia de la fe en tu Hijo Jesucristo.


PRESENTACIÓN DE UN ATLAS MUNDIAL

(Puede hacer esta ofrenda un profesor o profesora, si lo hubiere en la comunidad; si no, un o una estudiante)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor, yo te traigo este atlas mundial, que no es otra cosa que los planos de la casa donde vive toda tu familia. Con él reconozco que Tú no puedes tener preferencias entre los pueblos y los seres humanos de la tierra, porque todos y todas son tus hijos e hijas. Y también quiero dejarte en claro que yo no me abrogo (y no lo puede hacer de ninguna de las maneras) ningún tipo de privilegio. Señor, hazme sensible a la grandeza y la universalidad de tu corazón, para que yo pueda reconocer a todas las personas como mis hermanos y mis hermanas.

Prefacio

(Ya todos y todas de pie se disponen para participar en la oración que pronuncia el Presidente, diciendo: «TE DAMOS GRACIAS, SEÑOR, PORQUE NOS DESVELAS TU ROSTRO»).

Te alabamos y te damos gracias, Dios Padre bueno,
porque, sin haberte dejado ver, ni siquiera ser nombrado,
decidiste quitarte el velo de tu rostro
en tu Hijo Jesucristo,
nacido de una mujer de tu pueblo,
que vivió, sufrió y gozó
como cualquiera de nuestra raza.
Y en él nos mostraste los misterios de tu corazón,
amándonos sin límites o condición alguna.
R/. "TE DAMOS GRACIAS, SEÑOR, PORQUE NOS DESVELAS TU ROSTRO".

Te alabamos y te damos gracias, Señor y Padre,
porque, además de revelarte en tu Hijo,
nos abriste los ojos del corazón
para descubrirte presente en su presencia histórica.
Sí, Padre, así lo quisiste Tú
y, en prueba de tu amor,
nos regalaste el don de la fe.
Misterio insondable para nuestra razón,
pues, sin mérito alguno por nuestra parte,
nos elegiste a nosotros y a nosotras, tan poca cosa,
y no a los sabios y entendidos de este mundo,
para ser los y las que experimentáramos tu regalo
y fuéramos los y las testigos ante todos y todas de tu amor.
R/. "TE DAMOS GRACIAS, SEÑOR, PORQUE NOS DESVELAS TU ROSTRO".

A cambio, Señor, nos pediste la fidelidad
de los limpios de corazón;
es decir, el no fiarnos de nuestras fuerzas y razón,
para, tras cerrar los ojos
y abrirnos completamente a la confianza,
dejar tu rostro en nuestro corazón,
que nos sirviera, a la vez, como fortaleza
y el apoyo necesario de nuestro débil ser,
que no es capaz ya de encontrar
ni otras fuerzas ni otros apoyos.
R/. "TE DAMOS GRACIAS, SEÑOR, PORQUE NOS DESVELAS TU ROSTRO".

Sin embargo, Señor, somos conscientes
de que el haber visto tu rostro
y llegar a ser capaces de leer tu continua presencia
en los otros y en las otras, en los acontecimientos o en la naturaleza,
siembra nuestros corazones de la responsabilidad
de hacer de este mundo y de la sociedad
los rastros de tu existencia
y el templo de tu misma divinidad.
Por eso, Señor, aceptamos el compromiso
de ser ayudas para que te descubran otras personas
y hacer lo posible para que se supere la ambigüedad
y lo que son apariencias no oculten
la realidad de tu presencia.
R/. "TE DAMOS GRACIAS, SEÑOR, PORQUE NOS DESVELAS TU ROSTRO".

Y te pedimos, Dios Padre de misericordia,
que tu Iglesia y cada uno de nosotros y de nosotras,
los y las que seguimos, confiados, a tu Hijo Jesucristo,
seamos de forma especial los signos
de tu presencia amorosa
y la prolongación de tus manos
en la transformación del mundo y la sociedad.
R/. "TE DAMOS GRACIAS, SEÑOR, PORQUE NOS DESVELAS TU ROSTRO".

Monición de Despedida

Hermanos y hermanas: hemos escuchado unas palabras cargadas de fuerza y que ofrecen una enorme seguridad: “¡Ánimo soy yo, no tengáis miedo!”: estas palabras han sido pronunciadas para cada uno de nosotros y cada una de nosotras, y son una invitación de Jesús: Os lo repito: “¡No tengáis miedo!” No tener miedo a vivir mi fe en la sencillez; no tener miedo a manifestarme cuando creo que debo hacerlo, siempre desde el respeto y la tolerancia; no tener miedo de ir contracorriente“¡No tengáis miedo!” Jesús, el Amigo fiel, te acompaña, nos acompaña, camina a nuestro lado. ¡Feliz semana de testimonio cristiano!

Reflexión para este día

“Espero en el Señor,
espero en su palabra”




Cada domingo nos convoca el SEÑOR JESÚS. Sigue empeñado en no dejarnos solos, solas; sabe de nuestras debilidades y miedos. Y precisamente de miedos nos habla el mensaje de este domingo. Vamos a descubrir este mensaje.

Un día más, Pedro es todo un símbolo: seguro que nos podemos sentir identificados con él: flaquea su fe, le entra miedo, teme hundirse. ¡Cuántas experiencias NUESTRAS están recogidas en este grito del apóstol! Aquel “Señor, sálvame” es algo tan de la vida…

Porque -lo reconozcamos o no- hoy nuestro mundo vive en un clima de miedo y de temor; y eso a pesar de los grandes progresos de la humanidad: será la inseguridad, el dolor, el daño a los nuestros, el paro con sus crisis, la soledad, la marginación o la vida vacía de sentido. ¡Tantos miedos como situaciones y personas!

Pues es en este contexto donde los y las creyentes de HOY escuchamos en el Evangelio aquello de “Jesús extendió la mano”: esto significa que Él está siempre CERCA, está a nuestro lado. Esto puede ofrecernos la confianza necesaria para la vida. Como también puede hacer de nosotros hombres y mujeres que ofrecen CONFIANZA a los y a las demás ante las situaciones de la vida.

Otro tanto nos dirá el pasaje del gran profeta Elías tras el encuentro con Dios. Dios estaba en la brisa suave y entonces... ¡todo cambia!

¡Dichosos y dichosas quienes dan CONFIANZA a los y a las demás!

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