Viernes, 21 de agosto
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mt 22, 39).
Dios lleva a todos los seres humanos en su corazón. No se puede amar solo a Dios, sin amar a los hermanos. Las dos realidades pertenecen a la misma moneda. No seas una persona distinta cuando estás con Dios que cuando estás con los demás. Lo que eres ante tus semejantes, eso eres ante Dios.
Cuando voy a tu encuentro, Señor, Tú me señalas a los demás. Cuando miro a los pequeños, ellos me señalan tu corazón.
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