03 enero 2020

La Epifanía del Señor 6 de enero de 2020 Misa Familiar

(Misa con niños, catequistas y padres)
Prepara: Javier Leoz


• Idea: Dios rompe los muros para hacerse presente en todos los pueblos

• Objetivo: Todo cristiano ha de ser manifestación pública de la presencia y de la existencia de Dios

1. MONICIÓN DE ENTRADA

¡Hola, hermanos y amigos! ¡Feliz manifestación del Señor! Hoy, y después de haber recibido tantos regalos, en el silencio de la noche, acompañamos a los Reyes Magos en lo que fue grande y valiente en ellos: ¡DEMOS VOZ A ESTA GRAN NOTICIA! ¡DIOS HA NACIDO!

Que nuestras personas, además del incienso, oro y mirra, sean las mejores ofrendas para que el Niño Dios, que no puede caminar; el Niño Dios que no puede hablar o el Niño Dios que todavía no puede expresarse, cuente con colaboradores para que su Reino, su mensaje y su luz llegue a todos los rincones de la tierra.


Nos ponemos de pie

(Pueden salir, delante del sacerdote, un padre, una madre y un joven, portando el incienso, oro y mirra. También donde es costumbre, tres personas ataviadas con los trajes tradicionales de los Reyes Magos, pueden entrar en la iglesia para ofrecer ante el Belén las tres ofrendas citadas)

2. PENITENCIAL

2.1 Porque el nombre de Cristo no es alabado, bendecido y reconocido en tantos lugares en los que todavía no es conocido. SEÑOR TEN PIEDAD

2.2. Porque, como los Reyes, no nos ponemos en camino siguiendo la estrella. Porque volvemos a menudo a nuestras casas por los caminos del egoísmo, el pecado o el desaliento. SEÑOR, TEN PIEDAD

2.3. Porque nos cuesta adorar al UNICO que merece adoración. Porque nos fiamos de aquello que nos dicen para distraernos del camino de la fe. SEÑOR, TEN PIEDAD

3. MONICIÓN A LAS LECTURAS

La Palabra de Dios, en este día, es el mejor regalo de Dios y de los Magos. Tres lecturas que nos van a dar luz para no perder el ánimo, para aprovechar la gracia que Jesús nos trae en un humilde pesebre y, sobre todo, la llamada a adorar con todas las consecuencias al que es Dios y como consecuencia a dar razón y testimonio de su presencia en medio del mundo. Que nuestra atención sea nuestra mejor acogida al gran regalo de la Palabra de Dios.

4. ORACIÓN DE LOS FIELES

4.1 Como los Magos también nosotros, en este día, nos hemos presentado aquí preguntando por Jesús. Que nunca, con toda la Iglesia, dejemos de interpelarnos por la presencia de Jesús en nuestras vidas. Roguemos al Señor.

4.2. Como los Magos, en diversos momentos de la vida, hemos visto la estrella de la fe. Que esta Navidad y este Año Nuevo, nos ayuden a no perder nuestra amistad con Dios y a crecer en su conocimiento. Roguemos al Señor.

4.3. Como los Magos, nos hemos puesto en camino. Que avancemos como cristianos por las sendas que conducen a Belén. Es decir: al perdón, al amor, la paz, la alegría o la fraternidad. Roguemos al Señor.

4.4. Como los Magos, que siempre nos postremos en el momento de la consagración. Que adoremos a Dios, no solamente en espíritu, sino también físicamente. Roguemos al Señor.

4.5. Como las Magos, también nosotros hemos abierto el cofre del corazón para Jesús. Que le demos en este día: el oro de nuestro reconocimiento como Rey, el incienso de nuestro homenaje como Dios y la mirra por la humanidad con la que viene hasta nosotros y el sufrimiento que le espera. Roguemos al Señor.

5. OFRENDAS

5.1. (si no se han realizado al principio, las más sugestivas son por supuesto, el oro, incienso y mirra)

5.2. En este día, Señor, queremos ofrecerte estas tres coronas. Simbolizan nuestro deseo de poner delante de ti lo que nos falta para que, en nuestros pequeños reinos, Tú seas el gran Rey y Salvador.

5.3. Con esta gran estrella queremos reflejar, Señor, la fe que hizo posible la llegada de los Magos a Belén. Que también nosotros, con la Eucaristía, sigamos avanzando en nuestra comunión y encuentro contigo.

5.4. Con el pan y con el vino, representamos lo más sagrado del mundo. El hambre de los más pobres. La injusticia de los más desheredados. Que tu Epifanía, Señor, sea manifestación de tu bondad en todos los pueblos de la tierra.

6. ORACIÓN

QUIERO SER “UN REY”, SEÑOR

Y preguntar siempre, por aquel que es gran Rey

y, mi viejo reino que es mi corazón, pueda alcanzar por fin la paz.



QUIERO SER “UN REY”, SEÑOR

Y, dejar atrás riquezas, adornos y caprichos

para, poniéndome en camino,

postrarme ante tu semblante divino

y darte pruebas de que, mi amor, es sincero



QUIERO SER “UN REY”, SEÑOR

Y subir a lo más alto de las almenas de mi castillo

y, que día tras día, me des el privilegio de contemplar tu estrella:

La estrella que guía a toda buena voluntad

La estrella que enseña lo que los montes esconden

La estrella que habla, para todo el que escucha en el silencio



QUIERO SER “UN REY”, SEÑOR

Y enfrentarme, sin temor ni miedo alguno,

a todo aquel que intente doblar mi rodilla ante otros dioses

Y también ser valiente, que no poderoso, 

y darte la gloria y la honra que Tú sólo mereces



QUIERO SER “UN REY”, SEÑOR

Para gritar y poner a tu disposición, 

mis heraldos y caballos, ejércitos y palomas mensajeras

y, así el mundo sepa, que REY COMO TU, no hay ninguno



QUIERO SER “UN REY” SEÑOR

Y, cuando como siervo me humille ante Ti,

me asombre de tal manera ante tu presencia

que sólo piense en volver a mi Palacio

dispuesto a ser reflejo de tu ternura, bondad y amor.



¿PODRÉ SER “UN REY”, “TU REY” SEÑOR?

Déjame, por lo menos en este día,

doblar lo que soy y dejarte todo lo que tengo

ante Ti que eres GRAN Y ETERNO REY DE LA GLORIA

Amén

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