23 diciembre 2019

Moniciones Navidad

MONICIONES        (Navidad)
Inicial.                                               


Una gran noticia nos convoca a esta celebración: “Nos ha nacido un Salvador, el Mesías,
el Señor” y estamos alegres y esperanzados por este acontecimiento.  Él es el Salvador,
nuestro Salvador. Desde que María dio a luz a su Hijo en la cueva de Belén, Jesús no ha
dejado de nacer en nuestro mundo, en nuestras vidas, en nuestras familias. 


Dios nace y se hace hombre para que todos seamos hermanos y nadie se quede al margen.
Cáritas, en su Campaña, nos pide mirar un poco la realidad social en la que vemos a millones
de personas,
que sufren las consecuencias de la pobreza, que tienen que abandonar sus países de origen y
que llegan a países donde encuentran rechazo, individualismo e indiferencia. Bajo el lema
Si tú cambias, todo cambia”,
nos invita a continuar profundizando en el compromiso como eje vital de nuestra forma de ser
y estar en el mundo.


La gloria de Dios que nace es la paz, la vida y la esperanza para la humanidad entera,
porque Dios es el Amor.

(Lecturas de la Misa de Medianoche)


Primera Lectura.


Pasamos de la tiniebla a la luz.  Isaías nos invita a abrir los ojos para ver una luz grande,
para ver a un Niño, descendiente de David, portador de la plenitud, de la justicia y de la paz. 


Segunda Lectura. 


San Pablo se mueve entre el ya y el todavía no.  Ha aparecido la gracia de Dios, el Dios
hecho gracia y salvación, pero aún esperamos la aparición gloriosa de nuestro Salvador. 


Evangelio.


Escuchamos en el Evangelio, la narración que San Lucas hace del nacimiento de Jesús,
envuelto en humildad y pobreza, en desconocimiento y rechazo.  Pero este Niño es nuestro
Salvador, que inicia un nuevo dinamismo de liberación y de paz. Sólo unos pocos y pobres,
así lo entendieron.
Puestos de pie cantamos Aleluya.  



(Lecturas de la Misa del Día)


Primera Lectura.


Sobre un fondo de desconsuelo y servidumbre, con la nación en ruinas, el profeta pone
la voz del consuelo y la esperanza. Anuncia la victoria, la paz y el reinado de Dios. Lo ve tan
real
y cercano que ya ve por el camino al mensajero de la buena noticia, al Dios que viene como
liberador. 


Segunda Lectura.

En el Antiguo Testamento, Dios dirigió su palabra a los hombres por medio de los profetas.
Pero ahora, Cristo es la última palabra de Dios. Es inútil buscar a Dios,
si no se parte de Cristo y de su mensaje en el Evangelio. 


Evangelio.


Jesús es la Palabra definitiva de Dios a la humanidad. Y es una Palabra cercana, asequible,
porque no está encerrada en un recinto amurallado, sino que acampa
junto a nosotros en este caminar itinerante y peregrino a través de la historia. 
Puestos de pie cantamos Aleluya. 










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