Inicial
Una gran noticia nos convoca a esta celebración: “Nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor” y estamos alegres y esperanzados por este acontecimiento. Él es el Salvador, nuestro Salvador. Desde que María dio a luz a su Hijo en la cueva de Belén, Jesús no ha dejado de nacer en nuestro mundo, en nuestras vidas, en nuestras familias.
Dios nace y se hace hombre para que todos seamos hermanos y nadie se quede al margen. Cáritas, en su Campaña de Navidad, nos invita a reflexionar sobre nuestro estilo de vida.
La gloria de Dios que nace es la paz, la vida y la esperanza para la humanidad entera, porque Dios es el Amor.
Primera Lectura.
Pasamos de la tiniebla a la luz. Isaías nos invita a abrir los ojos para ver una luz grande, para ver a un Niño, descendiente de David, portador de la plenitud, de la justicia y de la paz.
Segunda Lectura.
San Pablo se mueve entre el ya y el todavía no. Ha aparecido la gracia de Dios, el Dios hecho gracia y salvación, pero aún esperamos la aparición gloriosa de nuestro Salvador.
Evangelio.
Escuchamos en el Evangelio, la narración que San Lucas hace del nacimiento de Jesús, envuelto en humildad y pobreza, en desconocimiento y rechazo. Pero este Niño es nuestro Salvador, que inicia un nuevo dinamismo de liberación y de paz. Sólo unos pocos y pobres, así lo entendieron.
Aclamamos al Evangelio cantando Aleluya puestos de pie.
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