PREPARACIÓN:
Antes de la salida del celebrante
Celebramos hoy, junto a la Iglesia universal, la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.
La Conferencia Episcopal Argentina, autorizada por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, dispensa para que la celebración de la Inmaculada Concepción de la Virgen María pueda prevalecer sobre el 2° domingo de Adviento.
"Esta significativa fiesta mariana se sitúa en el marco del Adviento, tiempo de preparación para la Navidad, caracterizado por la vigilancia y la oración. Tiempo en el que María nos acompaña y nos indica cómo hacer vivo y activo nuestro camino hacia la Noche Santa de Belén."
AMBIENTACIÓN:
Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial
Y hoy el Señor nos anuncia, en las palabras del Ángel, la salvación que ya está cerca: su Hijo se hace hombre para que el hombre sea hijo de Dios. Y María es la mujer que acogió en sus entrañas a Aquel que se anunció durante siglos. Es la mujer que, transparente en cuerpo, alma, vida y actitudes, nos enseña que el camino para llegar a Dios no es otro que el de la confianza y la esperanza en Él.
1ª. LECTURA: (Gn 3, 9-15. 20) (Ver texto)
Ya en los albores de la creación, Dios anuncia la salvación. Es el primer anuncio de la Buena Nueva: el Hijo de Dios que compartirá nuestra condición humana.
SALMO RESP.: (97, 1-4) (Ver texto)
R. Canten al Señor un canto nuevo,
porque Él hizo maravillas.
2ª. LECTURA: (Rm 15, 4-9) (Ver texto) La segunda lectura corresponde la del 2° domingo de Adviento
Dios, en su infinita misericordia, ha querido que el anuncio salvador y la vida nueva de Jesucristo, llegara no sólo al pueblo de Israel, sino a todos los hombres, a los que Él llama a la salvación.
EVANGELIO: (Lc 1, 26-38 (Ver texto)
El mismo Señor, en las palabras del Ángel, nos devuelve la esperanza de la salvación. Aclamémoslo con el canto del Aleluya.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Unidos a nuestra Madre Santísima, en el día en que celebramos su Inmaculada Concepción, junto a estas intenciones que elevamos a nuestro Padre, pidámosle que Ella nos enseñe a caminar unidos hacia la casa paterna, a fin que toda la humanidad sea una sola familia.
GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando:
"QUE LA LLENA DE GRACIA INTERCEDA POR NOSOTROS"
v Para que la Santa Iglesia y el Papa Francisco siga siendo signo del amor de Dios en medio de los hombres, mientras esperamos al Señor que ya viene a salvarnos, oremos...
v Para que nuestra Iglesia diocesana, en íntima unión con su Obispo, asuma con responsabilidad el compromiso de ser anunciadores de la Buena Noticia de Jesús, oremos...
v Para que la paz en el mundo, que tanto necesitamos, se convierta en una realidad, por la conversión sincera del corazón de todos los hombres, oremos...
v Para que los más necesitados, los pobres de este mundo, encuentren en María Santísima su protección maternal, y que sea en sus vidas un motivo para seguir esperando, oremos...
v Por todas las familias de nuestra comunidad, para que por la auténtica conversión de nuestras vidas, apartándonos del pecado y la soberbia, nos preparemos convenientemente para recibir al Señor y celebrar con un auténtico espíritu cristiano la Navidad, oremos...
CELEBRANTE:
Escucha, Padre, nuestras oraciones y haz que siguiendo el ejemplo de la Virgen María, seamos dóciles a la inspiración de tu Espíritu, para poder llevar a Cristo a los hermanos y proclamar tu grandeza con nuestras alabanzas y la santidad de nuestras costumbres. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
En este pan y en este vino que ahora presentamos a nuestro Padre, ofrezcámosle nuestro humilde y perseverante trabajo de transformación de nuestro corazón, como señal de su presencia salvadora en nosotros.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
DIÁLOGO DEL PREFACIO:
Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")
En la plegaria solemne de la Iglesia damos gracias a Dios recordando lo que ha hecho con la Santísima Virgen. Damos gracias porque a nosotros también nos ha llamado a la plena unión con Él por siempre.
COMUNIÓN:
En el Evangelio hemos escuchado el anuncio del Señor que viene a salvarnos: el Emmanuel, el Dios con nosotros; ese mismo Dios que ahora se nos ofrece en el sacramento del altar, y que así quiere ser nuestro alimento en esta espera.
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
Necesitamos un poco de luz en medio de la oscuridad y de la realidad del mal del mundo. Necesitamos, un personaje como María, que nos ayude a recuperar el sentido cristiano de la Navidad: limpios por dentro y bien dispuestos por fuera. ¡Viene el Señor! ¡María nos acompaña!
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