Como otras veces, antes de empezar esta oración, vamos e intentar calmar los ruidos de fuera y de dentro de nosotros mismos. Respira profundamente tres veces.
Relaja el cuerpo y prepárate para encontrarte con Jesús, que tiene algo que contarte.
Una semana más vamos a conocer lo que decía Jesús. Ya sabes que a él le gustaba mucho poner ejemplos para tratar de explicar a sus amigos lo que Dios le había enseñado. Fíjate en los ejemplos que pone hoy.
La lectura es una adaptación del evangelio de Lucas (Lc 12, 32-48):
Siempre que podía, Jesús intentaba explicar a sus amigos cómo tenían que vivir para trabajar por el reino de Dios.
Un día les explicó que hay que estar vigilantes y atentos. Porque las cosas de Dios aparecen cuando menos te lo esperas. Les propuso una imagen: Cuando valoras mucho una cosa, o una persona, o un lugar, eso es tu tesoro. Y donde pones tu tesoro, allí pones el corazón. Por eso, les decía que ellos tenían que tener el corazón puesto en las cosas de Dios.
Y les decía también que tenían que ser como un vigilante nocturno. Le contratan para prestar atención a lo que ocurre, no para quedarse dormido. Imagina que llega el dueño de la empresa, y se encuentra al vigilante dormido. ¡Qué mal! En cambio, si está preparado, con las llaves dispuestas, con todo listo, el dueño quedará contento.
Pues Dios quiere confiar en cada uno de nosotros mucho más que eso. Pero es importante poner el corazón en las cosas de Dios.
El mensaje es muy claro. No te quedes dormido, no te despistes, que en cualquier momento alguien puede necesitarte. Dios puede llamarte para que le ayudes en algo y sería una pena que no te enteraras.
Si atiendo a lo que los demás pueden necesitar de mí, estoy haciendo que venga a nosotros ese reino del que tanto hablaba Jesús. Un Reino en el que da gusto vivir porque estamos pendientes unos de otros. Pues eso es lo que nos dice Jesús hoy, que le esperemos despiertos. Escucha la letra de esta canción que habla de lo mismo.
Cambia mi corazón.
Limpia en mí la maldad,
lo que no pueda hacer
de mi error muéstrame.
Guárdame para ti.
Dame tu santidad.
En pureza y verdad yo te quiero esperar.
Mi lámpara llena de aceite,
mis vestidos sean relucientes,
esperando pacientemente
que vuelvas por mí.
Limpia en mí la maldad,
lo que no pueda hacer
de mi error muéstrame.
Guárdame para ti.
Dame tu santidad.
En pureza y verdad yo te quiero esperar.
Mi lámpara llena de aceite,
mis vestidos sean relucientes,
esperando pacientemente
que vuelvas por mí.
Como una novia
que espera y no desespera,
que guarda su alma,
que no la entrega,
grita enamorada:
«Ven, Señor Jesús».
que espera y no desespera,
que guarda su alma,
que no la entrega,
grita enamorada:
«Ven, Señor Jesús».
Ven, Señor Jesús interpretado por Kike Pavón, «Diseño original.»
Una forma de acordarnos, es repetir, todos juntos, estaré despierto,al final de cada frase. Que no te dé vergüenza decirlo.
Estaremos despiertos
Porque los demás necesitan de mí… estaré despierto
Porque así estoy acercando el Reino del que hablaba Jesús… estaré despierto
Porque hay muchas cosas que descubrir… estaré despierto
Porque en cualquier momento puedes pedir mi ayuda… estaré despierto.
Porque así estoy acercando el Reino del que hablaba Jesús… estaré despierto
Porque hay muchas cosas que descubrir… estaré despierto
Porque en cualquier momento puedes pedir mi ayuda… estaré despierto.
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén.
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén.
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