MONICIONES
Inicial.
Resonando aún en nuestros oídos el bullicio de la fiesta, el Señor nos reúne para celebrar la Eucaristía en el domingo.
En la Eucaristía de cada domingo, Dios nos guía y nos alimenta, para que seamos coherentes con nuestra fe y fieles a la misión que cada uno hemos recibido.
En la Eucaristía de cada domingo, el Señor nos alienta y consuela, nos hace capaces de aceptar las dificultades y las cruces que siempre trae consigo ser auténticos cristianos.
Nos sentimos en la presencia de Dios. Él hará fructífera esta celebración.
Primera Lectura.
Los profetas hablan en nombre de Dios y a menudo son perseguidos por ser fieles a la misión recibida. Han de estar dispuestos a sufrir hasta la muerte.
Segunda Lectura.
Nuestra vida es como una carrera; con una meta: Dios; con unos compañeros: los hermanos y con unos estorbos que hemos de apartar: nuestros pecados y malas obras.
Evangelio.
El Evangelio no es un tranquilizante, ni una droga que nos adormece. Es una llamada, que no deja indiferente a nadie y que nos obliga a aceptarla o rechazarla.
Puestos de pie cantamos aleluya.
PETICIONES
- Por la Iglesia, para que viva con coherencia y fidelidad el mensaje de Jesús. ROGUEMOS AL SEÑOR
- Por los gobernantes de pueblos y naciones, para que se esfuercen en construir un mundo más justo, en el que todos podamos vivir con dignidad. ROGUEMOS AL SEÑOR
- Por los países que viven en guerra y conflictos, para que puedan vivir la paz como una realidad cotidiana. ROGUEMOS AL SEÑOR
- Por los enfermos y los que están pasando momentos de dolor y dificultad. ROGUEMOS AL SEÑOR
- Por los cristianos que son perseguidos por profesar su fe o en su lucha por la justicia. ROGUEMOS AL SEÑOR
- Por todos nosotros, para que la participación de la Eucaristía nos anime a dar un sí generoso y confiado a Dios, saliendo de la comodidad y pasividad. ROGUEMOS AL SEÑOR.
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