DALE LA VUELTA
Hola Jesús. ¡Qué suerte! Otro rato que nos invitas a estar contigo. A abrir nuestra mente y enseñarnos a sentir de maneras diferentes. Para la oración de hoy, si puedes, prepara un papel y lapicero, sino tendrás que afinar la imaginación.
Las cosas no funcionan como a veces nos creemos. En todos los sitios oímos o vemos lo importante que es triunfar, conseguir riquezas, dominar el cuerpo, tener el mejor coche, la casa más grande, el teléfono más nuevo, el último videojuego, la ropa de más calidad…
Cierra los ojos. Hoy vas a ver a través de los de Jesús. Hoy vas a dar la vuelta a la realidad.
La lectura es una adaptación del evangelio de Lucas (Lc 13, 22-30):
Jesús iba por distintos pueblos y lugares explicando el mensaje de Dios. Uno se le acercó y le preguntó: «Señor, ¿cuántos llegarán al cielo?»
Jesús les dijo: «Mirad, no es fácil vivir el evangelio. El camino de Dios es como llegar a un banquete. Pero el lugar tiene una puerta pequeña, y hay que hacer un esfuerzo para entrar por ella. Para entrar por la puerta pequeña, hay que hacerse pequeño. Mucha gente solo quiere grandeza. Se van haciendo tan grandes, a base de ambición, riquezas, maldad o mentiras, que cuando quieren entrar por la puerta, no caben por ella. Vosotros tenéis que haceros pequeños.
Si no, un día querréis entrar a donde esté yo. Y me diréis: ‘Soy muy amigo tuyo’. Pero, si no es verdad, la puerta seguirá cerrada.
Si no, un día querréis entrar a donde esté yo. Y me diréis: ‘Soy muy amigo tuyo’. Pero, si no es verdad, la puerta seguirá cerrada.
Aunque también os digo. Hay mucha gente buena y pequeña en todo el mundo. En Oriente y Occidente. En el Norte y en el Sur. Todos esos se sentarán en mi banquete. Muchos que hoy son los últimos, serán los primeros. Y muchos que hoy son los primeros serán los últimos».
Hacerse pequeño? Pero… ¿no me toca ahora crecer? No se trata de hacerse pequeño de tamaño. Se trata de seguir siendo sencillo. ¿Y cómo podemos hacernos pequeños? La canción que vas a escuchar habla de lo que nos hace seguir siendo pequeños y nos lleva a querer ser grandes.
Siempre hay un pequeño
cerca del que se hace grande
siempre el grande se hace grande
porque cerca hay un pequeño
cerca del que se hace grande
siempre el grande se hace grande
porque cerca hay un pequeño
Siempre hay uno débil
cerca del que se hace fuerte
siempre el fuerte se hace fuerte
porque cerca hay uno débil
cerca del que se hace fuerte
siempre el fuerte se hace fuerte
porque cerca hay uno débil
Siempre habrá quien siempre quede el último
a no ser que tú lo quieras ver al revés
dale la vuelta al orden la vuelta
dale la vuelta, dale la vuelta…
a no ser que tú lo quieras ver al revés
dale la vuelta al orden la vuelta
dale la vuelta, dale la vuelta…
Siempre hay uno pobre
cerca del que se hace rico
siempre el rico se hace rico
porque cerca hay uno pobre
cerca del que se hace rico
siempre el rico se hace rico
porque cerca hay uno pobre
Siempre habrá quien siempre quede el último
a no ser que tú lo quieras ver al revés
dale la vuelta al orden la vuelta
dale la vuelta, dale la vuelta…
a no ser que tú lo quieras ver al revés
dale la vuelta al orden la vuelta
dale la vuelta, dale la vuelta…
Ahora tu papel. Divide la hoja en dos partes. En la primera mitad dibuja una sola persona muy grande. En la otra mitad, muchas personas pequeñas. Y en el medio de las dos una puerta pequeña.
Ahora, junto a la persona grande, escribe todo lo que hace que las personas se queden solas. Lo que oigas ahora y lo que se te ocurra a ti.
Para hacernos grandes hay que tener más y más, sin pensar en las consecuencias. Ser egoísta y fijarse más en lo negativo que en lo positivo.
Junto a las personas pequeñas escribe cosas que nos unen a los demás. Pues mira, no es difícil. Para seguir siendo pequeña, Jesús me invita a ser sencilla. A ver las cosas buenas de la vida y de la gente. A no ambicionar lo que no es de uno, a seguir soñando, a vivir aventuras. A seguir descubriendo todo lo bueno que hay en el mundo.
No tengáis prisa en ser grandes. Jesús nos quiere pequeños, sencillos, como niños. Así podremos entrar por esa puerta chiquita y comer con otros muchos.
Repite al final de cada estrofa: dale la vuelta
Me dijeron…
Me dijeron que en el Reino del Revés
nadie se aprovecha de otros,
todos miran por los niños,
nadie se encuentra solo.
nadie se aprovecha de otros,
todos miran por los niños,
nadie se encuentra solo.
Me dijeron que en el Reino del Revés
los abuelos son felices jugando con sus nietos,
todo el mundo les pregunta cuando no saben qué hacer.
los abuelos son felices jugando con sus nietos,
todo el mundo les pregunta cuando no saben qué hacer.
Me dijeron que en el Reino del Revés
no hay cárceles ni hospicios,
todo el mundo es querido.
no hay cárceles ni hospicios,
todo el mundo es querido.
Me dijeron que el Reino del Revés,
es el Reino de Dios, es el banquete de Jesús.
es el Reino de Dios, es el banquete de Jesús.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
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