09 julio 2019

LITURGIA DEL DOMIGO 15 DEL TIEMPO ORDINARIO “C”

14 DE JULIO DE 2019
Liturgia de las Horas – Tercera Semana del Salterio

R I T O S    I N I C I A L E S

CANTO DE ENTRADA.
Alrededor de tu mesa, venimos a recordar, alrededor de tu mesa, venimos a recordar, que tu palabra es camino, tu cuerpo fraternidad, que tu palabra es camino, tu cuerpo fraternidad.

Juntos y a veces sin vernos, celebramos tu presencia sin sentir que se interrumpe el camino, si no vamos como hermanos hacia ti.

SALUDO Y MONICIÓN.

ACTO PENITENCIAL.

GLORIA.

ORACIÓN COLECTA.


LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA. 
Lectura del libro del Deuteronomio 30, 10‑14

Moisés habló al pueblo, diciendo: «Escucha la voz del Señor, tu Dios, observando sus preceptos y mandatos, lo que está escrito en el libro de esta ley, y vuelves al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma.
Porque este precepto que yo te mando hoy no excede tus fuerzas, ni es inalcanzable. No está en el cielo, para poder decir: "¿Quién de nosotros subirá al cielo y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?".  Ni está más allá del mar, para poder decir: "¿Quién de nosotros cruzará el mar y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?" 
El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca, para que lo cumplas.»  
     PALABRA DE DIOS

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 18.
Antífona: Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón. 

La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye a los ignorantes.

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos.

El temor del Señor es puro y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.

Más preciosos que el oro, más que el oro fino; más dulces que la miel de un panal que destila.
  
SEGUNDA LECTURA.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 15‑20

Cristo Jesús es imagen del Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque en él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos y Dominaciones, Principados y Potestades; todo fue creado por él y para él. 
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. 
Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. 
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. 
Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. 
Y por él y para él quiso reconciliar todas las cosas las del cielo y las de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz. 
PALABRA DE DIOS

ALELUYA.
Antífona: Tus palabras, Señor, son espíritu y vida; tú tienes palabras de vida eterna 

EVANGELIO. 
Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 25‑37

En aquel tiempo, se levantó un maestro de la ley y preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?» 
Él le dijo: «¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?» 
Él respondió: «”Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza” y con toda tu mente. Y “a tu prójimo como a ti mismo”» 
Él le dijo: «Has respondido correctamente. Haz esto y tendrás la vida.» 
Pero el maestro de la ley, queriendo justificarse, dijo a Jesús: «¿Y quién es mi prójimo?» 
Respondió Jesús diciendo: «Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de viaje, llegó a donde estaba él y, al verlo, se compadeció, y acercándose, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y le dijo: "Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando vuelva." ¿Cuál de estos tres te parece que ha sido prójimo del que cayó en manos de los bandidos?» 
Él dijo: «El que practicó la misericordia con él.» 
Jesús le dijo: «Anda y haz tú lo mismo.»
PALABRA  DEL SEÑOR

HOMILÍA.

CREDO.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

LITURGIA EUCARÍSTICA

OFERTORIO.
Canto:
Bendito seas, Señor, por este pan y este vino que generoso nos diste para caminar contigo, y serán para nosotros alimento en el camino.

Te ofrecemos nuestro barro que oscurece nuestras vidas y el vino que no empleamos para curar las heridas.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.

PREFACIO Y SANTO.

PLEGARIA EUCARÍSTICA.

RITO DE LA COMUNIÓN

PADRE NUESTRO.

RITO DE LA PAZ.

CORDERO DE DIOS.

COMUNIÓN.
Canto:
Tú me dijiste, Señor que en mi camino, iré encontrando hambrientos de mi pan, que habrá sedientos que vengan a mi fuente, enfermos tristes de frío y soledad.  Tú me dijiste que sufres en el pobre, que estás desnudo no tienes libertad, que en el anciano que espera tú me esperas y en ese niño, de hambre morirás.

Aquí me tienes, Señor, yo quiero amarte, amando al pobre y a aquel que sufre más.  Tuyo es mi pan y el agua de mi fuente, ven a mi casa y amor encontrarás. (Bis)

En el camino hay siempre un hombre herido que necesita mi ayuda y mi amistad.  No mil discursos que hablan de justicia, no mil palabras que el viento llevará.  En el camino, Jesús, me estás mirando y en tu mirada hay pena y soledad.  Quiero entregarte mi alma y mi alegría, toda mi vida en ofrenda y hermandad.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.

Señor, no tienes manos, tienes sólo nuestras manos, para construir un mundo nuevo donde haya más fraternidad y justicia.

Señor, no tienes pies, tienes sólo nuestros pies, para poner en marcha a los oprimidos por el camino de la libertad.

Señor, no tienes labios, tienes sólo nuestros labios para anunciar a los pobres la buena noticia del amor.

Señor, no tienes medios, tienes sólo nuestro trabajo para lograr que todos los hombres vivan como hermanos.

Señor, aquí tienes mis manos, mis pies, mis labios, mi tiempo, mi ilusión,…  Dispón de ellos como quieras. 

ORACIÓN.

RITO DE CONCLUSIÓN.

BENDICIÓN Y DESPEDIDA.

Canto.
Hoy, Señor, te damos gracias, por la vida la tierra y el sol.  Hoy, Señor, queremos cantar las grandezas de tu amor.

Gracias, Padre, me hiciste a tu imagen, y quieres que siga tu ejemplo, brindando mi amor al hermano, construyendo un mundo de paz.

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