05 julio 2019

Descansará sobre ellos vuestra paz

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: – «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: “Está cerca de vosotros el reino de Dios.” Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: “Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el reino de Dios”. Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo.»
Los setenta y dos volvieron muy contentos y le dijeron: – «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.» Él les contestó: – «Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo. Y no os hará daño alguno.
Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo.»
Lucas 10, 1-12.17-20
Para meditar
Jesús nos dice que llevemos la paz allá donde vayamos, que seamos comunicadores de la paz, que seamos pacíficos. Y si no somos bien recibidos tampoco nos compliquemos mucho la vida; no hace falta ir contra nadie. La fe se propone, pero no se impone. Dios nos ha hecho libres.
Nuestra misión es proponer la fe, esa es nuestra tarea. Invitar a otras personas a conocer a Jesús, pero es cada persona la que decide si acepta que Dios es el centro de su vida.

Para hacer vida el evangelio
  • Escribe el nombre de una persona a la que puedes ayudar esta semana.
  • ¿Por qué crees que debes ayudar a esa persona? ¿Cómo podemos ayudar a esa persona como creyentes?
  • Escribe un compromiso que puedas hacer esta semana para hacer algo con esa persona en la que has pensado.
Oración
Son muchos los espacios donde se nos necesita.
Hay muchos hermanos viviendo soledad,
otros en desamor, con el dolor de una pareja rota
otros sufriendo incomprensión
por su forma de vida
otros enfermos, sin cura y sin compañía,
otros ancianos, sin visitas, sin ilusiones, sin gente
otros necesitados de ayuda material,
otros que no tienen el pan de cada día,
otros que se mueren de sida y de dolor,
otros que ven morir a los suyos en guerras,
otros que explotan pagando salarios mínimos,
algunos colgados de la droga del consumo,
muchos dispersos en mil actividades,
una gran mayoría estresados y agobiados,
familias enteras sin espacio para la comunicación,
parejas desencantadas, invadidas por la rutina,
ateos alejados del Dios de la vida,
cristianos mediocres instalados en ritos vacíos,
personas desanimadas, deprimidas, sin ilusión,
ancianos abandonados, sin el afecto de los suyos,
parados y jubilados que no se sienten valorados,
mujeres maltratadas, mal amadas y esclavizadas,
niños guerrilleros, explotados, sin niñez,
«yupis» agresivos, oficialmente triunfadores, pero vacíos.

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