MONICIÓN DE ENTRADA
Os deseamos nuestra más cordial bienvenida a la Eucaristía. Hoy, Jesús nos hablará de las bienaventuranzas. Es su programa. Y nos recordará que los pobres, los hambrientos, los perseguidos tendrán que ser dichosos, bienaventurados. Nuestro mundo parece que dice lo absolutamente contrario y que nosotros para ser felices pedimos a la vida riquezas, poder y… comida en abundancia. Pero Jesús de Nazaret nos lanza hoy muy especialmente el grito de “bienaventurados los que tienen hambre y sed…” Y como cristianos hemos de enmendar todas estas desigualdades que la explotación económica produce. La oración y la generosidad económica serán nuestras mejores opciones para ser coherentes con lo que Jesús nos pide…
MONICIÓN SOBRE LAS LECTURAS
1.- La primera lectura, del Libro de Jeremías, nos transmite una verdad que se va a repetir a lo largo de la toda la historia de las Sagradas Escrituras. Hemos de confiar en Dios y no en los hombres. Buscamos muchas veces la proximidad humana, más que la divina. Y sin embargo es Dios quien vela siempre por nosotros. Hemos de servir a nuestros hermanos, pero no hacer de ellos dioses, como pretenden, por ejemplo, algunos políticos totalitarios.
S.- El primer salmo era –y es-- un prólogo del Salterio y también se le llamaba “De los dos caminos”. Invita a la opción de la justicia y muestra la felicidad de quienes siguen el camino que Dios señala.
2.- En la segunda lectura, de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios, se dice de manera clara y meridiana que la fe en la Resurrección no es un principio filosófico o abstracto. Se trata del camino marcado por Jesucristo al resucitar. Y, por tanto, hay que creer en la resurrección de Jesús de Nazaret, como hecho fundamental para todos los cristianos.
3.- Jesús, tras terminar el Sermón del Monte, donde se dicen las bienaventuranzas enviará a sus apóstoles a predicar por todos los lugares. Es, por tanto, la base de su enseñanza apostólica. Y las bienaventuranzas son la base fundamental de la doctrina de Jesús de Nazaret. Hemos de escucharlas con mucha atención y saber que es un camino actual para mejorar el mundo.
Como en otras ocasiones informamos nuestros lectores que estas moniciones están redactadas para leerse ligadas a cada unas de las lecturas o agrupadas en una sola válida para el inicio de la proclamación todas juntas.
Lectura de Postcomunión
MONICIÓN
Escuchemos en este momento de paz de nuestra Eucaristía estas palabras escritas por el sacerdote Javier Leoz.
QUE SEAS TÚ, SEÑOR
Que mi confianza, Señor, seas Tú
Que mi riqueza, Señor, seas Tú
Que mi alimento, Señor, seas Tú
Que mi alegría, Señor, seas Tú
Que mi fortaleza, Señor, seas Tú
Que mi horizontes, Señor,
ahora y siempre seas Tú
Amén
Exhortación de despedida
Jesús nos ha pedido una entrega muy especial para los más desfavorecidos. Son sus predilectos y eso lo debemos tener muy en cuenta, aquí, dentro del templo, y fuera, en la calle, en nuestro barrio. Y que, también, en coherencia con todo lo que Jesús nos dice no olvidemos a los que allí sufren.
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