29 enero 2019

DOMINGO 4º DEL TIEMPO ORDINARIO “C” - MONICIONES

MONICIONES

Inicial.          

Nos reunimos de nuevo en el domingo, para celebrar la Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de Jesús. Su entrega por todos los hombres es la mayor prueba de amor que Jesús pudo darnos y es el signo que ha de distinguir a los cristianos.

Seguir a Dios con fidelidad nunca ha sido fácil. No fue fácil para los profetas, no lo fue para Jesús y no puede serlo para los cristianos, pues vivir el amor, la entrega desinteresada, el servicio, la disponibilidad, chocan con un mundo en el que priva el poder, el egoísmo, la competitividad, el ser más que los otros. Sólo el fiarnos de Dios nos mantendrá en su amor.


Primera Lectura.

El profeta Jeremías recuerda la experiencia de la llamada que transformó su vida. Él responde con una vida entregada a la misión que le ha sido encomendada, y siente la fuerza de Dios para llevarla a cabo, especialmente en los momentos duros.

Segunda Lectura.

San Pablo, en este fragmento tan conocido de su carta a los Corintios, nos habla del amor como el carisma más importante y valioso para un cristiano.

Evangelio.

Escuchamos en el Evangelio la segunda parte de la escena que nos narraba San Lucas el domingo pasado. Jesús, se presenta en la sinagoga de Nazaret, su pueblo, como el enviado de Dios y recordando cómo los grandes profetas nunca fueron bien mirados en su tierra. Él también tuvo que alejarse de Nazaret.
Puestos de pie cantamos aleluya.

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