TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (Ciclo C)
PROCLAMANDO LIBERTAD A LOS CAUTIVOS.
Saludo (Ver segunda Lectura)
Introducción por el Sacerdote:
Proclamando Libertad a los Cautivos
En la Iglesia oímos con frecuencia la palabra “salvación” o “redención”. Estas palabras técnicas suenan difíciles y lejanas. Jesús, cuyo nombre significa “Dios Salva”, nos aclara hoy lo que significa esta palabra “salvar”: Vino para traernos libertad, liberación, de todo lo que nos aliena de Dios y de la gente, y vino también para hacernos capaces de liberarnos unos a otros. Ciertamente hemos sido creados y hemos nacido para ser libres. Ésta es la Buena Noticia que él nos trae. Dejemos que Jesús, que está aquí en medio de nosotros, nos haga libres, hijos e hijas de Dios.
Acto Penitencial
Estamos todavía muy lejos de ser libres, porque somos cautivos del pecado.
(Pausa)
Oración Colecta
Oremos para que podamos aceptar y vivir hoy
la Buena Noticia de Dios.
(Pausa)
Oh Dios, Padre nuestro:
Primera Lectura (Neh 8:2-6.8-10): La Palabra de Dios Movía e Inspiraba al Pueblo
El Pueblo de Dios se reune en unidad, por y para la Palabra de Dios. El mensaje de Dios les disgusta y contraría; y aun así, ellos se regocijan en el Señor.
Segunda Lectura (1Cor 12,12-30 ó 12,12-14.27): Cada uno tiene su papel en el Cuerpo
Por el Bautismo hemos llegado a ser partes constituyentes del Cuerpo de Cristo. Cada parte debe contribuir al bien del todo.
Evangelio (Lc 1,1-4; 4,14-21): Hoy la Buena Nueva se cumple en Jesús
Jesús presenta al pueblo, en la Sinagoga, su programa liberador de salvación. En Jesús se cumple la Buena Noticia de Dios.
Oración de los Fieles
Oremos a nuestro Señor Jesucristo, que nos está hablando a todos y cada uno de nosotros ahora en esta eucaristía. Pidámosle que su palabra se haga vida en nuestros corazones y en nuestras obras. Y digámosle: R/ Habla, Señor, que te escuchamos.
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios y Padre nuestro:
Con pan y vino, y con palabras de alabanza,
te damos gracias por tu Hijo Jesucristo,
que es tu Palabra Viviente,
dicha y encarnada aquí en medio de nosotros.
Que su palabra de consagración
cambie estos nuestros sencillos dones
en su propio cuerpo y sangre.
Haz también, por el poder de su Espíritu,
que nuestras palabras vacías y vanas
se conviertan en carne y sangre
de bondad y servicio
para los hermanos que nos rodean y para ti,
Dios nuestro, por los siglos de los siglos.
Introducción a la Plegaria Eucarística
Con corazones agradecidos alabemos a Dios nuestro Padre por designar a su Hijo Jesús para proclamarnos su Buena Noticia de salvación, y para quedarse con nosotros en nuestra vida de cada día.
Invitación al Padre Nuestro
Que Jesús llene y reafirme nuestras palabras balbucientes
con el poder de sus propias palabras,
al rezar a nuestro Padre en el cielo: R/ Padre nuestro…
Líbranos, Señor
Líbranos, Señor, de palabras mentirosas
que no portan la verdad
o que no nos comprometen a lo que afirmamos.
Líbranos de toda clase de pecado
y ayúdanos a vivir más radicalmente
la Buena Noticia de tu Hijo, el Evangelio,
mientras oramos y trabajamos en esperanza y alegría
por la venida plena entre nosotros
de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
R/ Porque tuyo es el Reino…
Invitación al Comunión
Éste es Jesucristo, Palabra viva del Padre,
que se expresó y reveló a sí mismo en lo que decía
y vivió tal como hablaba
Dichosos nosotros al recibirle ahora en comunión
para que vivamos siempre conforme a sus palabras.
R/ Señor, no soy digno…
Oración después de la Comunión
Tú has hablado tu palabra, Señor,
que se ha encarnado de nuevo
aquí en medio de nosotros.
Tú nos has fortalecido
con su palabra y con su cuerpo.
¿Podríamos acaso pedirte algo mejor
que hacer posible que nuestra conducta y nuestra vida
lleguen a ser también Buena Noticia de salvación
para quien encontremos en nuestro camino?
Haznos libres con la libertad que nos trajo Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro,
por los siglos de los siglos.
Bendición
Hermanos: El mensaje de nuestro Señor Jesucristo será Buena Noticia para nosotros solamente si somos conscientes de nuestra propia pobreza y vaciedad.
Y lo haremos Buena Noticia de esperanza y alegría para todos los que nos rodean, solamente si el Espíritu de verdad habla por nuestras palabras, y si con nuestra conducta nos comprometemos a llevar a la realidad lo que decimos y proclamamos con nuestra boca.
Que el Señor les dé a ustedes ésta fuerza y compromiso, y les bendiga abundantemente: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Pueden ir en paz y vivir conforme a la palabra del Señor.
PROCLAMANDO LIBERTAD A LOS CAUTIVOS.
Saludo (Ver segunda Lectura)
Nosotros, aunque seamos muchos,
formamos un solo cuerpo en Cristo,
y a todos se nos ha dado el mismo Espíritu.
Que el Señor Jesús esté siempre con ustedes.
formamos un solo cuerpo en Cristo,
y a todos se nos ha dado el mismo Espíritu.
Que el Señor Jesús esté siempre con ustedes.
Introducción por el Sacerdote:
Proclamando Libertad a los Cautivos
En la Iglesia oímos con frecuencia la palabra “salvación” o “redención”. Estas palabras técnicas suenan difíciles y lejanas. Jesús, cuyo nombre significa “Dios Salva”, nos aclara hoy lo que significa esta palabra “salvar”: Vino para traernos libertad, liberación, de todo lo que nos aliena de Dios y de la gente, y vino también para hacernos capaces de liberarnos unos a otros. Ciertamente hemos sido creados y hemos nacido para ser libres. Ésta es la Buena Noticia que él nos trae. Dejemos que Jesús, que está aquí en medio de nosotros, nos haga libres, hijos e hijas de Dios.
Acto Penitencial
Estamos todavía muy lejos de ser libres, porque somos cautivos del pecado.
(Pausa)
- Señor Jesús, danos la libertad prometida a los que vivimos todavía cautivos del pecado:
R/ Señor, ten piedad de nosotros. - Cristo Jesús, haz que nos unamos profundamente a ti, para proclamar tu Buena Noticia de salvación a los pobres.
R/ Cristo, ten piedad de nosotros. - Señor Jesús, haznos capaces de alzar y liberar a los oprimidos.
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
Señor, por tu bondad, líbranos de todo pecado, para que podamos ser libres, vivos y totalmente humanos.
Y un día llévanos a la vida eterna.
Y un día llévanos a la vida eterna.
Oración Colecta
Oremos para que podamos aceptar y vivir hoy
la Buena Noticia de Dios.
(Pausa)
Oh Dios, Padre nuestro:
Por medio de Jesús
nos hablas hoy tu mensaje
de la Buena Nueva de salvación.
Te pedimos que sepamos aceptar hoy
el día de gracia que Jesús proclama.
Envíanos tu Santo Espíritu
para que nos ilumine y nos haga libres
y así podamos servirte
a ti y a nuestros hermanos.
Y, con su ayuda, ojalá sepamos
llevar tu Buena Noticia a los pobres y a los presos,
a los ciegos y a los oprimidos,
para que todos puedan disfrutar de tu felicidad.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
nos hablas hoy tu mensaje
de la Buena Nueva de salvación.
Te pedimos que sepamos aceptar hoy
el día de gracia que Jesús proclama.
Envíanos tu Santo Espíritu
para que nos ilumine y nos haga libres
y así podamos servirte
a ti y a nuestros hermanos.
Y, con su ayuda, ojalá sepamos
llevar tu Buena Noticia a los pobres y a los presos,
a los ciegos y a los oprimidos,
para que todos puedan disfrutar de tu felicidad.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Primera Lectura (Neh 8:2-6.8-10): La Palabra de Dios Movía e Inspiraba al Pueblo
El Pueblo de Dios se reune en unidad, por y para la Palabra de Dios. El mensaje de Dios les disgusta y contraría; y aun así, ellos se regocijan en el Señor.
Segunda Lectura (1Cor 12,12-30 ó 12,12-14.27): Cada uno tiene su papel en el Cuerpo
Por el Bautismo hemos llegado a ser partes constituyentes del Cuerpo de Cristo. Cada parte debe contribuir al bien del todo.
Evangelio (Lc 1,1-4; 4,14-21): Hoy la Buena Nueva se cumple en Jesús
Jesús presenta al pueblo, en la Sinagoga, su programa liberador de salvación. En Jesús se cumple la Buena Noticia de Dios.
Oración de los Fieles
Oremos a nuestro Señor Jesucristo, que nos está hablando a todos y cada uno de nosotros ahora en esta eucaristía. Pidámosle que su palabra se haga vida en nuestros corazones y en nuestras obras. Y digámosle: R/ Habla, Señor, que te escuchamos.
- Señor, da valor y fortaleza a todos nuestros líderes y maestros en la Iglesia, para que nos ayuden a comprender tu Palabra y proclamarla a todos como Buena Noticia de salvación. Y así te decimos: R/ Habla, Señor, que te escuchamos.
- Señor, une en tu palabra y en tu persona a todos los que se llaman cristianos. Convócalos y reúnelos juntos como hermanos y hermanas para formar tu único cuerpo. Y así te decimos: R/ Habla, Señor, que te escuchamos.
- Señor, inspira con tu palabra a todos los poderosos de esta tierra. Ayúdalos a unir fuerzas para llevar paz duradera, alimento necesario y dignidad humana para todos. Y así te decimos: R/ Habla, Señor, que te escuchamos.
- Señor, abre nuestros ojos a las miserias de nuestros hermanos; haznos sensibles y preocupados por los que se encuentran como encarcelados en sus miedos o agarrotados por la injusticia. Haz que seamos luz para los que viven en oscuridad y tiniebla. Y así te decimos: R/ Habla, Señor, que te escuchamos.
- Señor, haznos receptivos a tu palabra. Líbranos de la mediocridad y del miedo; también de nuestras certezas y autocomplacencias. Danos una nueva comprensión de tu mensaje, para que podamos vivir conforme a lo que creemos. Y así te decimos: R/ Habla, Señor, que te escuchamos.
Señor, aquí estamos reunidos en tu nombre. Permanece vivo entre nosotros; escucha nuestra oración y dirígenos tu palabra poderosa que cambie nuestras vidas, pues eres nuestro Dios y Señor por los siglos de los siglos.
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios y Padre nuestro:
Con pan y vino, y con palabras de alabanza,
te damos gracias por tu Hijo Jesucristo,
que es tu Palabra Viviente,
dicha y encarnada aquí en medio de nosotros.
Que su palabra de consagración
cambie estos nuestros sencillos dones
en su propio cuerpo y sangre.
Haz también, por el poder de su Espíritu,
que nuestras palabras vacías y vanas
se conviertan en carne y sangre
de bondad y servicio
para los hermanos que nos rodean y para ti,
Dios nuestro, por los siglos de los siglos.
Introducción a la Plegaria Eucarística
Con corazones agradecidos alabemos a Dios nuestro Padre por designar a su Hijo Jesús para proclamarnos su Buena Noticia de salvación, y para quedarse con nosotros en nuestra vida de cada día.
Invitación al Padre Nuestro
Que Jesús llene y reafirme nuestras palabras balbucientes
con el poder de sus propias palabras,
al rezar a nuestro Padre en el cielo: R/ Padre nuestro…
Líbranos, Señor
Líbranos, Señor, de palabras mentirosas
que no portan la verdad
o que no nos comprometen a lo que afirmamos.
Líbranos de toda clase de pecado
y ayúdanos a vivir más radicalmente
la Buena Noticia de tu Hijo, el Evangelio,
mientras oramos y trabajamos en esperanza y alegría
por la venida plena entre nosotros
de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
R/ Porque tuyo es el Reino…
Invitación al Comunión
Éste es Jesucristo, Palabra viva del Padre,
que se expresó y reveló a sí mismo en lo que decía
y vivió tal como hablaba
Dichosos nosotros al recibirle ahora en comunión
para que vivamos siempre conforme a sus palabras.
R/ Señor, no soy digno…
Oración después de la Comunión
Tú has hablado tu palabra, Señor,
que se ha encarnado de nuevo
aquí en medio de nosotros.
Tú nos has fortalecido
con su palabra y con su cuerpo.
¿Podríamos acaso pedirte algo mejor
que hacer posible que nuestra conducta y nuestra vida
lleguen a ser también Buena Noticia de salvación
para quien encontremos en nuestro camino?
Haznos libres con la libertad que nos trajo Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro,
por los siglos de los siglos.
Bendición
Hermanos: El mensaje de nuestro Señor Jesucristo será Buena Noticia para nosotros solamente si somos conscientes de nuestra propia pobreza y vaciedad.
Y lo haremos Buena Noticia de esperanza y alegría para todos los que nos rodean, solamente si el Espíritu de verdad habla por nuestras palabras, y si con nuestra conducta nos comprometemos a llevar a la realidad lo que decimos y proclamamos con nuestra boca.
Que el Señor les dé a ustedes ésta fuerza y compromiso, y les bendiga abundantemente: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Pueden ir en paz y vivir conforme a la palabra del Señor.
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