En la historia del pueblo de Israel, Dios envía varios profetas. Juan es uno de ellos, y cuando aparece en el desierto de Judá, es una gran novedad y la gente sale a su encuentro. Como todos los profetas, Juan viene enviado por Dios, para invitar a las personas a mejorar. A mejorar, para poder recibir al Mesías, al Salvador del Mundo, enviado por Dios: Jesucristo.
Ahora que se acerca la Navidad, Dios quiere que mejoremos para poder recibir al Niño Jesús en nuestras almas, pues Jesús no puede entrar en un alma que no está preparada para recibirlo.
Si quieres recibir a Jesús esta Navidad, “endereza tus caminos”: pide perdón a quien has ofendido y si es necesario, confiésate; perdona a quien te haya ofendido; si ya puedes hacerlo, busca recibir la comunión; demuestra tu amor a Dios y a los demás haciendo buenas obras que les ayuden a ser más felices…
Dios quiere que mejoremos porque nos ama, y porque sabe que el mayor regalo que podemos recibir esta Navidad es a su Hijo Jesucristo. Porque cuando Jesús entra en el alma de una persona, todo es paz, alegría, ganas de amar y de entregarse a los demás. Tener a Dios en nuestro corazón, es no necesitar de nada más.
¡Pide ayuda a Dios para enderezar todo eso que hasta ahora no llevas muy bien en tu vida!
¿Qué es lo más “torcido” que hay en tu vida, y cómo puedes enderazarlo?
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