14 noviembre 2018

Pregones de Adviento II

¡Pregona al viento
el rumor de Dios!
¡Pregona al viento, profeta,
la cercanía de Dios...!
¿Para qué anunciar a Dios
si ya tienen su dios
y no necesitan un Dios
que destrone diosecillos?
¿Para qué hablar de Dios hoy
si se venden dioses por todos los rincones,
si de cualquier cosa
fabricamos un dios?
¿Para qué hablar de Dios?
—¡Déjame en paz! ¡No me cuentes historias!
¿Para qué hablar de Dios?
Porque hay muchos dioses
a medida de los solos gustos...
Porque hay muchos dioses
a medida de lo que el cuerpo pide...
Porque hay muchos dioses
tan pequeños como nuestros antojos...
Porque hay muchos dioses
que no dan la talla...
¡Grita! ¡Anuncia y denuncia!
¡Abrid los ojos!
¡Daos cuenta del momento presente!
Escucha las palabras de tu silencio.
Escucha las palabras de hondas
del silencio de hombres y mujeres
doloridos, silenciosos, aplastados...
Escucha lo que no quieres escuchar
porque te da miedo la verdad...
Escucha, si puedes,
el clamor prendido en la percha el aire
con gemidos de angustia,
con preguntas sin respuesta,
con palabras sin destino,
con engaños que hacen daño...
Escucha lo que no quieres escuchar...
¡¡Escúchate!!
¡Abre los ojos!
Esa pregunta es camino de novedad...
Esa mirada es camino por donde viene...
Esos ojos cansados de ver, pueden admirar...
Esa vida sin sentido, tiene tarea y quehacer...
¡Abre los ojos!
Sí, es posible algo nuevo y diferente.
Sí, es posible invocar y mirar al cielo.
Sí, es posible ver el rostro de Dios cercano.
Sí, es posible
en el momento que menos lo pienses,
al alba, en pleno día,
al caer de la tarde y en noche cerrada
escuchar y voz
y acoger su palabra.
Sí, es posible
que su luz te cubra
y lo que antes te daba tedio
se convierta que manantial de vida.
Sí, es posible
abrir los ojos y contemplar
la Luz que viene,
la Luz que está,
la Luz que te ilumina.
¡Pregona al viento
el rumor de Dios!
¡Pregona al viento, profeta,
la cercanía de Dios...!

   B)
Tú que lo ves todo negro.
Tú que no sabes dónde va este mundo.
Tú que piensas que Dios nos ha dejado de la mano.
Tú que no entiendes lo que vives:
Escucha la palabra del profeta:
Dios vendrá.
No intentes saber ni el día ni la hora.
Intenta esperar.
Intenta confiar.
Intenta abrirte.
Quizás está ya...
y no te habías dado cuenta
porque vivías ensimismado...
Tú que busca otra cosa.
Tú que apuestas por lo nuevo.
Tú que miras al futuro con ilusión.
Tú que confías tanto en el otro
que te llevas muchos desengaños.
Tú que trabajas
y sueñas
y crees
que es posible otra cosa
sin saber ponerle nombre...
Escucha la palabra del profeta:
Dios está de camino.
Dios no ha olvidado su promesa.
Dios está cerca de los que lo buscan.
Dios viene por propia iniciativa.
Dios trae palabras de felicidad
que el mundo no conoce.
Dios traza sendas
donde parecía imposible caminar.
Dios te sorprenderá.
Sí, donde menos lo pienses,
de la manera que menos imaginabas.
Dios se hace camino
aunque no haya camino.
Él mismo es el camino.
Escucha la palabra del profeta
y tus ojos verán sus obras.

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