27 noviembre 2018

Oración I Domingo de Adviento

Bendito seas Señor Jesús, 
tú que vives por siempre, porque
durante tu corta ausencia 
confías en nosotros.
Dejas en nuestras manos
la inmensa tarea
de un amor vigilante
que no se echa la siesta 
cuando hay tanto que hacer.
Esperamos tu venida
con actitud alegre y activa, 
sin ansiedad estéril
ni expectación angustiosa.
Ayúdanos a unir, 
productivamente,
la esperanza y el esfuerzo 
para acelerar el día gozoso 
de la llegada de tu reino.
No permitas, Señor,
que se enfríe nuestro corazón, 
para que al llegar
nos encuentres
con la manos
en la tarea de amasar
un mundo mejor
y el corazón
ocupado en amar.
Amén.

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