09 noviembre 2018

Esa pobre viuda ha echado más que nadie

Y en sus enseñanzas decía: «Guardaos de los maestros de la ley, a los que les gusta pasearse con vestidos ostentosos, ser saludados en las plazas, ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; devoran los bienes de las viudas pretextando hacer largas oraciones. Ellos serán juzgados muy severamente». Sentado frente al tesoro, estaba mirando cómo la gente echaba en las arcas. Muchos ricos echaban mucho. Pero llegó una viuda pobre y echó unos céntimos. Llamó a sus discípulos y les dijo: «Os aseguro que esa pobre viuda ha echado más que todos, pues todos han echado de lo que les sobra; en cambio, ella ha echado de su indigencia todo lo que tenía para vivir».
Marcos 12, 38-44

Comentario del Evangelio
Seguro que alguna vez habéis dado algo de dinero para alguna campaña de solidaridad o habéis llevado al colegio un kilo de arroz o unas latas de conserva para ayudar a las personas que no tienen para comer.
Muchas veces damos cosas que no nos hacen mucha falta o que nos sobran. Pero la viuda no da de lo que le sobra. La viuda da de lo poco que tiene, de lo que necesita para vivir. Y Jesús nos dice que eso es lo verdaderamente importante.
Es decir, no es más solidario el que más dinero pone o el que más cosas hace, sino el que da su dinero y su tiempo cuando no lo tiene, cuando lo necesita para cosas muy importantes en su vida. Esa es la verdadera generosidad.
Para hacer vida el Evangelio¿Eres una persona generosa? Cuéntanos un ejemplo de tu vida donde se vea que eres una persona generosa o también nos puedes contar un ejemplo de tu vida donde se vea que te cuesta compartir.¿Por qué debemos compartir los cristianos no lo que nos sobra, sino lo que necesitamos?Escribe un compromiso que te ayude a ser una persona generosa como la viuda del Evangelio.
Oración
Conviértenos a tu manera de actuar,
cámbianos el corazón ansioso,
límpianos de presunciones infantiles

y haznos de comportarnos como hermanos.
Solos no conseguimos ser sencillos.

Te necesitamos para que nos bajes
de los pedestales, de los púlpitos
que nos construimos por inseguridad,
y de la necesidad infantil de ser
más que el hermano.
Que hagamos al otro sentirse importante,
que nos echemos a un lado para dejar pasar,
que potenciemos lo mejor del hermano

y siempre nos tratemos en plan familiar.
Haznos como Tú, Jesús, generadores de igualdad,

que juguemos con el otro la vida, sin ganar,
que no necesitemos ser ni tener más que nadie,
sino que, sencillamente, nuestro valor sea

el Amor.

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