29 noviembre 2018

Comentario Domingo I de Adviento

Oración preparatoria
Señor Jesús resucitado, envíanos tu Espíritu que nos lleve a la verdad completa acerca de Ti y acerca de nosotros mismos. Danos Tu luz para dar paso a Tu palabra, y Tu Sabiduría para ponerla por obra y que así se despliegue Tu Reino. AMEN.

Lc 21, 25-28. 34-36
«25Y habrá señales en sol y luna y estrellas; y sobre la tierra angustia de naciones, en ansiedad por estruendo de mar y olas; 26quedando sin aliento [las] personas por miedo y angustia ante lo que le viene encima al mundo, porque las fuerzas de los cielos serán tambaleadas.
27Y entonces verán al Hijo del hombre viniendo en una nube, con gran fuerza y gloria.
28Pero, al empezar a suceder estas cosas, erguíos y levantad vuestras cabezas, porque se acerca vuestra liberación.

[vv. 29-33]
34Pero poned atención en vosotros mismos, para que no se emboten vuestros corazones por libertinaje y embriaguez y agobios vitales, y se presente sobre vosotros repentino aquel día, 35como un lazo; porque sobrevendrá sobre todos los sentados sobre la faz de toda la tierra.
36Pero velad en todo tiempo suplicando, para que recibáis fuerza para escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie delante del Hijo del hombre».
¡PALABRA DEL SEÑOR!

CONTEXTO
Este evangelio forma parte de la versión lucana del discurso apocalíptico (Lc 21,5-36), que se sitúa dentro del ministerio de Jesús en Jerusalén (desde 19,28), y antecede al relato de la Pasión (22,1ss). Momentos de tensión y controversias con los poderes establecidos, momentos de amenazas inminentes. En este contexto, el evangelio nos señala, como adelantándose a los acontecimientos, el definitivo triunfo de Jesús Mesías (para darnos esperanza) y el comportamiento debido de los discípulos (para animar nuestra vida ética). Este segundo aspecto, presente en los vv. 34-36, es un texto propio de Lucas.

TEXTO
Está formado por dos unidades textuales, vinculadas por la presencia en ambas del Hijo del hombre. La primera unidad (vv. 25-28) tiene tres partes: a) vv. 25-26: acontecimientos cósmicos, definidos como señales, típicos del lenguaje apocalíptico, que acontecen bajo la autoridad de Dios (pasivo teológico al final: serán tambaleadas = Dios las tambaleará). El matiz lucano, ausente en los otros evangelios sinópticos, se encuentra en la reacción de las personas (angustia, miedo, ansiedad), y así hace de contrapunto al v. 28 (ánimo, liberación), también exclusivo de Lucas; b) v. 27 (elemento central): la venida del Hijo del hombre con gran poder y gloria; c) v. 28: la consecuencia de su venida: llega el tiempo de la liberación, de la salvación.
La segunda unidad (vv. 34-36) tiene dos partes: a) vv. 34-35: ante la llegada del Día del Hijo del hombre, comportamiento negativo, a evitar. Comienza con unimperativo: ‘poned atención’; b) v. 36: ante esa llegada, comportamiento positivo, a asumir. Comienza con un imperativo: ‘Velad’.

ELEMENTOS A DESTACAR
• La presencia elusiva de Dios al comienzo y al final del texto (‘ser tambaleadas’ y ‘recibir fuerza’) sugiere la presencia no siempre fácil de advertir de Dios en toda nuestra vida y en cada momento de la misma: una llamada a la confianza, a la fe y a la esperanza. Presencia elusiva pero real, que merece ser rastreada y experimentada.
• En las dos unidades se habla de reacciones equivocadas y acertadas: el miedo (y sus “compañeros de viaje”) y el embotamiento (“debilitar, hacer menos activo y eficaz algo”) del corazón deben dejar paso, según órdenes de Jesús, al ánimo y la dignidad, a la atenta vigilia y la súplica continua. Por una razón: llega nuestro rescate (apolytrosis: liberación). Con unas finalidades: recibir fuerza y mantenernos de pie ante el Hijo del hombre. En momentos de muchas dificultades debemos encontrar nuestra fuerza y nuestra dignidad en Jesús y en su Palabra.
• Advertir la llamada a la confianza, la fe, la esperanza, a pesar de vivir en circunstancias de dificultad, de cambios, de zozobras. Todo está en manos de Dios. Jesús llegará triunfante al final. No bajar la guardia en el es- tilo cristiano de vivir. Atención a los imperativos que Jesús dice: ‘erguíos’, ‘levantad vuestras cabezas’, ‘poned atención’, ‘velad’.

Paso 1 Lectio: ¿Qué dice el texto? Atiende todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas.
Paso 2 Meditatio: ¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?
Paso 3 Oratio: ¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…
Paso 4 Actio: ¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?

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