12 octubre 2018

Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre

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Al salir Jesús de camino, un hombre corrió a preguntarle, arrodillándose ante él: «Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para alcanzar la vida eterna?». Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? El único bueno es Dios. Ya conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre».
Él dijo: «Maestro, todo eso lo he guardado desde mi juventud». Jesús lo miró con amor y le dijo: «Te queda una cosa que hacer: Anda, vende todo lo que tienes, dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme». Al oír esto, el joven se fue muy triste, porque tenía muchos bienes.
Jesús miró alrededor y dijo a sus discípulos: «¡Qué difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!». Los discípulos se quedaron asombrados ante estas palabras. Pero Jesús les repitió: «Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de Dios». Ellos, más asombrados todavía, se decían: «Entonces, ¿quién puede salvarse?». Jesús los miró y les dijo: «Para los hombres esto es imposible; pero no para Dios, pues para Dios todo es posible».

Entonces Pedro le dijo: «Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Jesús dijo: «Os asegu- ro que nadie deja casa, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o tierras por mí o por el evange- lio, que no reciba el ciento por uno ya en este mundo, en casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, con persecuciones, y en el siglo venidero, la vida eterna.
Marcos 10, 17-30

Comentario del Evangelio
Las cosas que usamos, que tenemos no son más que cosas. A veces estas cosas parecen que dominan nuestras vidas y cosas como el móvil, el coche, la casa, el dinero, la play o muchas otras cosas gobiernan sobre nosotros.
Jesús nos dice que para seguirle auténticamente no debemos depender de cosas como las que hemos comentado antes.
Para hacer vida el Evangelio
• Escribe el nombre de algo que tengas y que creas que es algo que “gobierna tu vida”.
• ¿Por qué a veces dependemos tanto de cosas que tenemos? ¿Cómo quiere Jesús que vivamos estas cosas?
• Escribe un compromiso para ser una persona más libre de las cosas que tenemos.
Oración
Tú me invitas a necesitar menos,
para vivir sin apegos ni ataduras,
a necesitar menos, pues se vive mejor,
ya que, compruebo que lo que poseo,
al final me posee ello a mí.
¡Tantas veces, Señor,
me he propuesto esto mismo!
Pero Tú sabes bien que me dejo arrastrar por la moda,
los caprichos, las costumbres…
Ayúdame a no ser el primero en tener lo último,
sino a regirme por luchar

para que los últimos tengan más.
Hoy quiero hacer contigo un compromiso.
No puedo dejar, otra vez, de escuchar

las palabras que le dijiste al joven rico,
y que en tantas ocasiones quiero yo asimilar.
Voy a invitar a los míos a un vivir más austero,
voy a comprometer a mi gente

a que nos esforcemos,
quiero ir dejando cosas, para ganar en libertad
a ver si al desprenderme, ya amo un poco más.

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