30 octubre 2018

La vida y tú

No dejes que termine el día
sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz,
sin haber aumentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite
el derecho a expresarte,
que es casi un deber.

No abandones las ansias de hacer
de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras
y las poesías sí pueden cambiar el mundo.

Pase lo que pase nuestra esencia
está intacta. Somos seres llenos
de pasión.

La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.

Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tú puedes aportar una estrofa.

No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
No te resignes. Huye.
“Emito mis alaridos por los techos
de este mundo”, dice el poeta.

Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre
pequeñas cosas, pero no podemos
remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.

Vívela intensamente, sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.

Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros “poetas muertos”, te ayudan
a caminar por la vida.

La sociedad de hoy somos nosotros,
los “poetas vivos”.
No permitas que la vida te pase a ti
sin que la vivas….

Walt Whitman

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