MONICIONES
Inicial.
Nos encontramos reunidos en torno al altar, para celebrar la Eucaristía en el domingo, el Día del Señor, en el que hoy celebramos el Domingo Mundial de las Misiones, el “DOMUND!, bajo el lema “Cambia el mundo”.
En cada Eucaristía hacemos memoria de la entrega de Jesús hasta la muerte, pues como nos dirá luego el Evangelio, “el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos”. Este es el camino, la ruta que Jesús nos marca.
Y este es el camino elegido por los misioneros, que dispuestos a seguir a Jesús, han partido por los caminos del mundo a servir a los pobres y a dar la vida para que todos lleguen a conocer y amar a Jesús.
Primera Lectura.
El profeta Isaías anuncia en la antigüedad unas palabras proféticas, que nosotros vemos realizadas en Jesús, que fue fiel a Dios hasta la muerte y resucitado vive para siempre.
Segunda Lectura.
En la Iglesia, el auténtico sacerdocio no es una situación de privilegio, es un ministerio y por tanto un servicio. Volvemos los ojos a Jesús, sumo y eterno sacerdote, que vivió nuestra vida llena de debilidades y ahora nos ofrece su salvación.
Evangelio.
Jesús contrasta los valores de la sociedad civil con el Evangelio, y nos marca el camino del servicio a los hermanos como pauta de vida para el cristiano. Él vino a servir hasta dar la vida.
Puesto de pie, cantamos aleluya.
PETICIONES
- Por el Papa, los Obispos, sacerdotes y diáconos, para que, con su ejemplo y palabra, acerquen el Evangelio a los alejados de Cristo y de su Iglesia. ROGUEMOS AL SEÑOR
- Por la Iglesia universal, para que camine unida y sepa renovarse para ofrecer hoy el Evangelio a las personas de nuestro tiempo, especialmente las que no lo conocen. ROGUEMOS AL SEÑOR
- Por los misioneros, para que, a pesar de las dificultades, no desfallezcan en su labor de cambiar el mundo y sigan contagiando el amor que han recibido de Dios. ROGUEMOS AL SEÑOR
- Por los jóvenes, para que no tengan miedo de buscar, descubrir y anunciar a Jesús, y, como Él, entregarse generosamente al servicio de los hermanos. ROGUEMOS AL SEÑOR
- Por los que sufren en su cuerpo o en su espíritu, para que la fe en Cristo les lleve a ofrecer sus sufrimientos por la salvación del mundo. ROGUEMOS AL SEÑOR
- Por todos nosotros, para que la participación de la Eucaristía nos recuerde que somos misión, y que estamos en el mundo para anunciar el Evangelio y construir una sociedad más justa y humana. ROGUEMOS AL SEÑOR.
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