19 mayo 2018

La misa del Domingo. Solemnidad de Pentecostés

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Domingo de Pentecostes (B)20 de mayo de 2018
Celebramos el domingo de Pentecostés, una de las grandes fiestas de la Pascua. En Pascua hay tres grandes días: el domingo de resurrección, la Ascensión, y el domingo de Pentecostés. En estas tres fiestas celebramos el mismo misterio, la resurrección de Jesucristo, pero en cada fiesta destacamos un aspecto distinto de este misterio. ¿Qué celebramos en Pentecostés?
Dios regala comunión
En los Hechos de los Apóstoles vemos el relato de Pentecostés. Este relato es radicalmente opuesto a aquel de la Torre de Babel que encontramos en el libro del Génesis. Posiblemente lo recordéis. El Génesis cuenta que los hombres se pusieron a construir una gran torre queriendo llegar hasta el cielo, pero el olvido de Dios y una ambición desmedida, produjeron división y confusión. Pentecostés, en cambio, muestra que gracias a los dones que Dios regala, quienes son distintos, o piensan distinto, o hablan distintas lenguas pueden vivir en comunión.
Una mirada a nuestro mundo, a nuestra sociedad, a nuestras casas, hace ver lo necesitados que estamos de entendimiento. ¡Con cuanta facilidad construimos torres de Babel! En este día de Pentecostés pedimos al Espíritu Santo que descienda sobre cada uno de nosotros, nuestras familias y el mundo entero. Queremos personalmente vivir unificados y no divididos; queremos que nuestras familias vivan en armonía y no divididas; queremos que en nuestra sociedad crezca la comprensión mutua y no el rechazo.
Dios regala los dones del Espíritu
Pero no es solo comunión lo que regala Dios en su Espíritu. La Escritura habla de los dones del Espíritu. ¿Qué ocurre cuando Dios entra en el corazón de una persona? Crece en ella el amor, la alegría, la paz, la amabilidad, la bondad, el dominio de sí. Hoy pedimos también que el Espíritu Santo nos inunde con sus dones.
Si miramos nuevamente en nosotros y en nuestro mundo vemos que necesitamos de estos dones que nosotros no podemos darnos sino que nos vienen de Dios. Hoy pedimos a Dios que nos inunde de amor, alegría, paz, amabilidad, bondad, capacidad de dominio de sí.
Dios regala su Iglesia
En Pentecostés nace la Iglesia. En muchas ocasiones no valoramos la importancia de la Iglesia, pero, tenemos que reconocer que los cristianos no podemos vivir sin la Iglesia. Una Iglesia que es misionera. “Como el Padre me ha enviado, así os envío yo”. El Padre ha enviado al Hijo y éste nos envía a nosotros, para que llevemos la Buena nueva a toda la creación. Jesús nos dice a cada uno: “Te necesito para que lleves la fe y el evangelio a todos: a tu familia, tu trabajo, tus amigos, la sociedad, … Te necesito”.
Koldo Gutiérrez, sd

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