En referencia al lema de este año, los obispos precisan que “ser discípulos misioneros de Cristo consiste en estar atentos a las necesidades de nuestros hermanos, especialmente de los pobres y los excluidos y convertirnos para ellos en oasis de misericordia, luchando por un mundo más justo y solidario”. También significa, continúan, “encarnar la vocación al Amor a la que estamos llamados, especialmente en lo cotidiano (familia, trabajo, ocio, etc.), sabiendo acoger y aprender de todos”.
“Discípulos misioneros de Cristo, Iglesia en el mundo”20 de mayo de 2018
(Solemnidad de Pentecostés)