(Misa con niños, catequistas y padres)
Prepara: Javier Leoz
*Objetivo: descubrir la importancia de esta eucaristía. Es la cena con la que Jesús se despide de sus amigos
*Idea: Jesús nos deja su presencia perpetua en las especies del pan y del vino, se consagra como sacerdote y nos exige el amor al prójimo
1. MONICIÓN DE ENTRADA
Muy buenas tardes a todos. Iniciamos con esta festiva Eucaristía, estos tres días de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Ha quedado atrás la Santa Cuaresma. Ahora nos toca poner nuestros ojos en tantos gestos que el Señor va a realizar para que tomemos ejemplo. Ahora nos toca atender, con nuestros oídos, a sus palabras. Palabras que son salvación y esperanza para el hombre.
Hoy, en este Jueves Santo, el Señor nos regala la Eucaristía: presencia amorosa de Jesús en medio de nosotros. Nos lava los pies; para que nosotros no olvidemos el hacer algo por los demás y, finalmente, le damos las gracias porque el sacerdocio es para nuestra Iglesia y para nosotros, un don bajado del cielo. Iniciamos esta gozosa celebración
(Sería bueno que se organizase una sugerente procesión: la cruz, 12 personas representando a los doce apóstoles –incluso con los nombres- el evangeliario, incienso y el sacerdote. Incluso, puede ayudar, tres carteles: AMOR, EUCARISTIA, SACERDOCIO)
2. PENITENCIAL
2.1. Eres pan que baja del cielo. ¿Por qué no valoramos mucho más el recibirte con un corazón sincero y puro? Señor, ten piedad
2.2. El servir a los demás es una llave que abre las puertas del cielo. ¿Por qué preferimos ser servidos? Cristo, ten piedad
2.3. Ser sacerdote es algo muy bueno. ¿Por qué olvidamos el rezar por las vocaciones o, incluso, el pedir al Señor que seamos sacerdotes? Señor, ten piedad
3. MONICIÓN A LAS LECTURAS
Las lecturas que vamos a escuchar nos evocan la cena de la Pascua de los judíos que recordaba la liberación del pueblo del dominio del faraón. San Pablo nos recuerda que el pan y el vino son el nuevo alimento para los cristianos y que nos hace presente la salvación que hemos tenido por la muerte y resurrección de Jesús. Finalmente, en el Evangelio, Jesús, según narra Juan, en la escena del lavatorio de los pies lo que hace es ofrecer amor sin límite y quiere decirnos algo nuevo a nosotros que nos hemos reunido con Él para celebrar la pascua. Escuchemos atentamente para comprender el significado de este día
4. MONICIÓN AL LAVATORIO
Jesús, antes de subir a la cruz, quiso dejar clara una cosa a sus discípulos: creer en El significa servirle en los demás, verle en los demás, encontrarle en los demás. Con este gesto del lavado de los pies, Jesús, nos dice que no hay cosa que agrade más a Dios que la entrega generosa por el prójimo. Contemplemos este gesto: el sacerdote representa a Jesús y las 12 personas que están en el presbiterio a los apóstoles.
5. ORACION DE LOS FIELES
5.1. Por la Iglesia. Que sea capaz de transmitir toda la belleza que encierra esta celebración de Jueves Santo: el amor que el Señor nos tiene. Roguemos al Señor.
5.2. Por los sacerdotes. Para que no les falte la fuerza del Espíritu y puedan seguir haciendo presente a Jesús en tantos altares y lugares del mundo. Roguemos al Señor.
5.3. Por nosotros aquí reunidos. Para que nos sintamos invitados a la mesa del Señor. Para que procuremos dar gusto al Señor siendo generosos y más sensibles con los necesitados. Roguemos al Señor.
5.4. Por todos los niños y jóvenes del mundo. Para que se sientan atraídos por la figura de Jesús. Para que no olviden los domingos lo que el Señor nos dejó en Jueves Santo: LA EUCARISTIA. Roguemos al Señor.
5.5. Por todas las personas que lo están pasando mal. Por los pobres. Por los que no tienen pan. Para que no nos olvidemos que, Jesús, está presente en los que sufren. Roguemos al Señor.
5.6. Para que el próximo Año Jubilar de la Misericordia nos ayude a tener unos corazones grandes y generosos. Roguemos al Señor.
6. OFRENDAS
6.1. Hoy, en esta cesta, traemos pan recién extraído del horno. Queremos ofrecer al Señor lo mejor de nosotros mismos: esfuerzo, afán de superación, alegría y disposición para que no falte a nadie el pan de cada día.
6.2. Con esta colecta que, en estos momentos se está realizando entre todos nosotros, queremos ofrecer al Señor nuestra caridad con los más necesitados (se puede dejar un espacio y esperar a que llegue la colecta hasta el altar)
6.3. Con esta ESTOLA, queremos dar gracias a Dios por los sacerdotes. Que nunca les falte nuestra oración y nuestro apoyo espiritual y moral.
6.4. Hoy, ante el altar, acercamos las ofrendas que más agradan a Dios: EL PAN BLANCO Y EL VINO GENEROSO. Que se conviertan por su fuerza y su poder en el Cuerpo y Sangre de Jesucristo
7. MONICIÓN PARA EL TRASLADO AL MONUMENTO
El Señor, en la consagración, se ha quedado para siempre con nosotros. Ahora, y hasta el momento de su muerte, en un lugar especialmente adornado y preparado, lo vamos a dejar para que el Señor se siga ofreciendo y entregando por nosotros. Sigamos con nuestros ojos al sacerdote: recogerá al Señor presente en las sagradas formas y lo llevará hasta el sagrario que, en este día, está rodeado de luces, flores y velas: es el día del amor del Señor
8. ORACIÓN FINAL
¡COMO NO DARTE GRACIAS, SEÑOR!
Tu amor es tan grande, que no tiene límites
Tus Palabras son eternas, y permanecen aquí y ahora
Tus gestos nos dejan impresionados
Tu mirada nos hace sentir tu amor
¡CÓMO NO DARTE GRACIAS, SEÑOR!
Has bajado a este altar en Cuerpo y Sangre
Te has quedado para alimentarnos
Has puesto tu cuerpo en tierra para lavarnos
¡CÓMO NO DARTE GRACIAS, SEÑOR!
Te ofreces por la humanidad
Mueres sin recompensa alguna
TE entregas por nuestra felicidad eterna
¡CÓMO NO DARTE GRACIAS, SEÑOR!
Sirves para que nosotros sirvamos
Amas para que nosotros amemos
Perdonas para que nosotros perdonemos
Mueres…para que nosotros no muramos
¡CÓMO NO DARTE GRACIAS, SEÑOR!
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